
7.3 REPAROS DE LA SUPERFICIE ÓSEA 211
número variable de extremos o epífisis, y están ligeramente curvados
para ganar en resistencia. Un hueso curvo absorbe las tensiones del
peso corporal en diversos puntos, de modo que su distribución es uni-
forme. Si los huesos fueran rectos, el peso del cuerpo no se distribui-
ría de manera uniforme y se fracturarían más fácilmente. La diáfisis
de los huesos largos está formada fundamentalmente por tejido óseo
compacto, pero sus epífisis presentan cantidades considerables de teji-
do óseo esponjoso. El tamaño de los huesos largos es extremadamen-
te variable y, entre ellos, figuran el fémur (hueso del muslo), la tibia y
el peroné (huesos de la pierna), el húmero (hueso del brazo), el cúbi-
to y el radio (huesos del antebrazo) y las falanges (huesos de las
manos).
Los huesos cortos suelen ser cúbicos e igualmente largos y anchos.
Están formados por tejido óseo esponjoso, excepto en la superficie,
donde presentan una delgada capa de tejido óseo compacto. Como
ejemplos de huesos cortos, se encuentran la mayoría de los huesos del
carpo (muñeca) y de los huesos del tarso (tobillo).
Los huesos planos, generalmente, son delgados y están formados
por dos capas casi paralelas a una capa intermedia de tejido óseo
esponjoso. Cumplen una función primordial de protección y ofrecen
una gran superficie de inserción muscular. Entre ellos, figuran los hue-
sos del cráneo, que protegen el cerebro; el esternón y las costillas, que
protegen los órganos del tórax, y la escápula.
Los huesos irregulares muestran formas complejas y no pueden
agruparse dentro de ninguna de las categorías mencionadas. Las pro-
porciones de hueso esponjoso y hueso compacto que presentan son
variables. Son ejemplos de ellos las vértebras, los huesos de la cade-
ra, ciertos huesos de la cara y el calcáneo.
Los huesos sesamoideos (que tienen forma de semilla de sésamo)
se forman dentro de ciertos tendones en los que existen una conside-
rable fricción y tensión mecánica, como en las palmas de las manos y
en las plantas de los pies. Su número puede variar entre las distintas
personas; no siempre están totalmente osificados y, en general, su diá-
metro es de unos pocos milímetros. Notables excepciones son las dos
rótulas, grandes huesos sesamoideos localizados en el tendón del cuá-
driceps femoral (véase la Figura 11.20a) y presentes en todas las
personas normales. Desde el punto de vista funcional, los huesos sesa-
moideos protegen los tendones del desgaste excesivo y de los desga-
rros, y muchas veces cambian la dirección de las fuerzas que traccio-
nan del tendón, lo que para ellos constituye una ventaja mecánica.
Existe otro tipo de huesos que se clasifican por su localización y no
por su forma: los huesos suturales (sutur-, costura) o wormianos,
pequeños huesos localizados en las suturas (articulaciones) presentes
entre ciertos huesos del cráneo (véase la Figura 7.6). Su número varía
notablemente entras las distintas personas.
Debe recordarse del Capítulo 6 que, entre los adultos, la médula
ósea roja se limita a localizarse en huesos planos tales como las cos-
tillas, el esternón y la cabeza; huesos irregulares como las vértebras y
los huesos de la cadera; huesos largos tales como la epífisis proximal
del fémur (hueso del muslo) y del húmero (hueso del brazo); y en
algunos huesos cortos.
PREGUNTAS DE REVISIÓN
2. Dé ejemplos de huesos largos, cortos, planos e irregulares.
7.3 REPAROS DE LA SUPERFICIE
ÓSEA
OBJETIVO
• Describir los principales reparos de la superficie ósea y sus
funciones.
Los huesos tienen característicos reparos de superficie, particula-
ridades estructurales adaptadas para cumplir funciones específicas. La
mayoría no están presentes en el momento del nacimiento, pero apa-
recen en respuesta a ciertas fuerzas, y son más prominentes en el
esqueleto adulto. En respuesta a la tensión tendionosa, ligamentaria,
aponeurótica y fascial que soporta una superficie ósea, se deposita
hueso nuevo y, en consecuencia, aparecen áreas elevadas o irregula-
res. Por el contrario, la compresión sobre una superficie ósea produce
depresión.
Existen dos tipos principales de reparos de superficie: 1) depresio-
nes y orificios, que permiten el paso de tejidos blandos (como vasos
sanguíneos, nervios, ligamentos y tendones) o forman articulaciones,
y 2) apófisis, proyecciones o excrecencias que, o bien participan en la
formación de articulaciones, o bien sirven como puntos de inserción
para tejidos conectivos (como ligamentos y tendones). El Cuadro 7.2
describe diversos reparos de superficie y brinda ejemplos de cada uno.
PREGUNTAS DE REVISIÓN
3. ¿Qué son los reparos de superficie? ¿Cuáles son sus funciones
generales?
Figura 7.2 Tipos de huesos según la forma. Los huesos no están
dibujados en escala.
La forma del hueso determina en gran medida
su función
Hueso largo
(húmero)
Hueso corto (trapezoide,
hueso de la muñeca)
Hueso sesamoideo (rótula)
Hueso irregular (vértebra)
Hueso plano (esternón)
¿Qué tipo de hueso brinda principalmente protección y una
superficie amplia de inserción muscular?
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