
CAPÍTULO 93 Ascitis y peritonitis bacteriana espontánea 1481
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La pleurodesis con diversos agentes (p. ej., talco, tetraciclina) ha
demostrado ser eficaz hasta en el 80% de los casos, aunque también
se asocia a una frecuencia elevada de acontecimientos adversos
139a
.
Por tanto, la pleurodesis solo se recomienda en pacientes que no sean
candidatos a TIPS o a TH
2
.
Fármacos contraindicados
El deterioro de la hemodinámica sistémica y la labilidad de la función
renal de los pacientes con cirrosis y ascitis les predisponen a la LRA
7
.
En consecuencia, el uso de determinados fármacos que podrían alterar
los mecanismos homeostáticos dirigidos a mantener la presión arterial
normal y conservar la función renal podría dar lugar a acontecimientos
adversos, especialmente LRA.
Los AINE están contraindicados en los pacientes con cirrosis y
ascitis. Inhiben la síntesis renal de prostaglandinas, y los pacientes con
cirrosis y ascitis presentan un aumento de la síntesis de prostaglandinas
renales vasodilatadoras para compensar el efecto vasoconstrictor de
la angiotensina II. La administración de AINE provoca disminución
de la síntesis de prostaglandinas, vasoconstricción renal y, en último
término, LRA
140
.
Como ya se ha explicado, la activación del SRAA permite mantener
la presión arterial dentro de unos límites normales en los pacientes
con cirrosis y ascitis. La administración de fármacos antihipertensivos,
como inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina, antago-
nistas de los receptores de angiotensina II e inhibidores α
1
-adenérgicos
también está contraindicada en pacientes con cirrosis y ascitis, ya que
podrían provocar hipotensión y, por tanto, LRA
141,142
. Los antibió-
ticos asociados a una frecuencia elevada de nefrotoxicidad, como los
aminoglucósidos, también deben evitarse en los pacientes con cirrosis
y ascitis excepto en casos seleccionados en los que no se disponga de
otras opciones
143
.
Antagonistas no selectivos de los receptores β-adrenérgicos
Los antagonistas no selectivos de los receptores β-adrenérgicos
(betabloqueantes no selectivos; BBNS) se utilizan ampliamente para
la profilaxis primaria y secundaria de la hemorragia digestiva en
pacientes con cirrosis (v. cap. 92)
144
. Existe cierta controversia acerca
de la seguridad de los BBNS en pacientes con cirrosis avanzada,
sobre todo aquellos con ascitis refractaria o PBE. Un estudio reali-
zado en Francia fue el primero en alertar de este problema, ya que
sus resultados mostraron un aumento de la mortalidad y un mayor
riesgo de DCPP en los pacientes con ascitis refractaria tratados con
betabloqueantes
145
. Este estudio planteaba la hipótesis de que los
BBNS podrían inducir hipotensión arterial, favoreciendo aún más
la circulación hiperdinámica asociada a la cirrosis y a la hipertensión
portal, el deterioro de la perfusión de los órganos y la aparición de
complicaciones, como el SHR. Sin embargo, los estudios realiza-
dos posteriormente no han confirmado estos resultados, y algunos
incluso han comunicado un aumento de la supervivencia de los
pacientes con cirrosis descompensada en tratamiento con un beta-
bloqueante
146-149
. Los motivos del efecto beneficioso de los BBNS
sobre la supervivencia de los pacientes con cirrosis descompensada
podrían ir más allá de sus efectos hemodinámicos y guardar relación
con los efectos beneficiosos de los BBNS sobre la translocación bac-
teriana, la permeabilidad intestinal y la inflamación
150,151
. Será
necesario evaluar en futuros ensayos controlados y aleatorizados si el
uso de BBNS induce efectos negativos en los pacientes con cirrosis
descompensada, y en especial en aquellos con ascitis refractaria.
Mientras tanto, las directrices de consenso de Baveno VI y las direc-
trices de la European Association for the Study of the Liver sobre el
tratamiento de pacientes con cirrosis descompensada recomiendan
interrumpir el tratamiento con BBNS en pacientes que presenten
hipotensión progresiva (presión arterial sistólica < 90 mmHg) o
en pacientes con complicaciones intercurrentes como hemorragia,
sepsis, PBE o LRA. Una vez que se hayan recuperado de estas com-
plicaciones, los pacientes podrán reanudar el uso del betabloqueante.
Si las contraindicaciones persisten o si el paciente no tolera los
BBNS, la profilaxis de la hemorragia por varices debe consistir
en métodos no farmacológicos, como la ligadura endoscópica con
banda (v. cap. 92)
2
.
PERITONITIS BACTERIANA ESPONTÁNEA
Las infecciones bacterianas son una complicación frecuente de los
pacientes con cirrosis y se asocia a otras complicaciones relacionadas
con la cirrosis (p. ej., LRA, encefalopatía hepática) y a un peor pronós-
tico
152-155
. Los pacientes con cirrosis presentan un mayor riesgo de
contraer infecciones bacterianas; por ejemplo, el riesgo de sepsis es
2,6 veces más alto en los pacientes con cirrosis que en los pacientes
sin una hepatopatía crónica subyacente
155,156
. La frecuencia de las
infecciones bacterianas entre los pacientes con cirrosis hospitalizados
varía entre el 25 y el 46%
157-159
.
La PBE es una de las principales complicaciones de los pacientes
con cirrosis y ascitis, y se define como la infección bacteriana del
líquido ascítico, sin ningún foco intraabdominal de infección espe-
cífico que pueda identificarse y tratarse
154
. Junto con las infecciones
urinarias, la PBE constituye el tipo más frecuente de infección en los
pacientes con cirrosis, seguida por la neumonía, las infecciones de
partes blandas y la bacteriemia espontánea. Aunque el pronóstico de la
PBE ha mejorado con los años a consecuencia del diagnóstico precoz
y del tratamiento adecuado, la tasa de mortalidad sigue situándose en
torno al 20%
157,158
.
Las manifestaciones clínicas de la PBE son heterogéneas. La PBE
puede manifestarse a través de síntomas locales, como dolor abdomi-
nal, vómitos o diarrea, y también puede cursar sin síntomas locales
y con alguno de los siguientes elementos: 1) signos de inflamación
sistémica (es decir, fiebre, cifra elevada de leucocitos, concentración sé-
rica elevada de proteína C reactiva, taquicardia); 2) deterioro de
la función hepática; 3) encefalopatía hepática; 4) LRA, o 5) shock
séptico. Por otra parte, un paciente con PBE también puede encon-
trarse asintomático. Por tanto, es preciso realizar una paracentesis
diagnóstica para descartar la PBE en todos los pacientes con cirrosis y
ascitis que ingresen en un hospital y siempre que aparezcan com-
plicaciones, especialmente hemorragia, encefalopatía hepática y
LRA
2,68,152-155
. El diagnóstico precoz de la PBE es crucial para
obtener unos mejores resultados, ya que el retraso en el inicio del
tratamiento antibiótico se asocia a un aumento considerable de la
mortalidad
160-162
.
Patogenia
El mayor riesgo de infecciones bacterianas que presentan los pacientes
con cirrosis puede explicarse por numerosos factores, como la alte-
ración del eje intestino-hígado caracterizada por disbiosis intestinal,
aumento de la permeabilidad intestinal y translocación bacteriana, así
como la disfunción inmunitaria característica de la cirrosis
2,154,155
. En
la PBE también intervienen factores peritoneales locales. También
puede haber factores genéticos que contribuyan al mayor riesgo de
infecciones en los pacientes con cirrosis; por ejemplo, los pacientes
con variantes de gen NOD2 (proteína 2 que contiene dominios de
oligomerización ligadores de nucleótidos) presentan un mayor riesgo
de PBE y un peor pronóstico
163
.
Alteraciones del eje intestino-hígado
La cirrosis se caracteriza por alteraciones a distintos niveles del eje
intestino-hígado que dan lugar a una translocación bacteriana patológi-
ca y a la salida de endotoxinas a la circulación sistémica, lo que favorece
las infecciones bacterianas
53
. El aumento de la permeabilidad intes-
tinal en los pacientes con cirrosis podría deberse a diversos factores,
como cambios estructurales de la mucosa intestinal (p. ej., congestión,
edema), estrés oxidativo e inflamación local
63,164
. Además, también
se ha descrito que la proliferación bacteriana en el intestino delgado
interviene en la translocación bacteriana y es la consecuencia, al menos
en parte, del retraso del tránsito intestinal en los pacientes con cirrosis.
La disfunción del sistema nervioso autónomo, el aumento del NO y
el estrés oxidativo podrían desempeñar un papel en la disminución de
la motilidad intestinal en estos pacientes
63
.
Disfunción inmunitaria asociada a la cirrosis
La cirrosis avanzada se asocia a anomalías que provocan un deterioro
de la respuesta inmunitaria, lo que constituye un factor fundamental
en el aumento de la propensión de estos pacientes a las infeccio-
Descargado para Sergio Fernando Cruz (
[email protected]) en University Cesar Vallejo Piura de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 03,
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