© MASSON, S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.
ARTICULACIONES DEL MIEMBRO SUPERIOR
ARTICULACIÓN DE LA CLAVÍCULA CON LA ESCÁPULA
41
7 ARTICULACIONES DEL MIEMBRO SUPERIOR 0
Las articulaciones del miembro superior comprenden: la articulación de la clavícu-
la con la escápula, la articulación del hombro, la articulación del codo y las articula-
ciones radiocubital distal, radiocarpiana y de la mano.
7 I. ARTICULACIÓN DE LA CLAVÍCULA CON LA ESCÁPULA 0
La clavícula y la escápula están unidas por la articulación acromioclavicular y por el
ligamento coracoclavicular.
ARTICULACIÓN ACROMIOCLAVICULAR
La articulación acromioclavicular une el acromion con la extremidad acromial de la
clavícula. Es una articulación plana.
A A. Superficies articulares
La superficie acromial ocupa la parte anterior del borde medial del acromion. La superfi-
cie clavicular está situada en la extremidad acromial de la clavícula. Las dos superficies son
casi planas, elípticas y alargadas de anterior a posterior y un poco de medial a lateral. La
superficie acromial está tallada en bisel a expensas de la cara superior del acromion, y se
halla orientada superior y medialmente, mientras que la superficie clavicular presenta una
orientación inversa y se apoya sobre la superficie acromial. Esto explica por qué la luxa-
ción de la clavícula superiormente es el tipo de luxación más frecuente de esta articulación.
Las dos superficies articulares están revestidas por una capa de fibrocartílago de su-
perficie desigual y rugosa. Cuando no existe disco articular, el revestimiento fibrocartila-
ginoso de la superficie clavicular suele ser más grueso superiormente que en la parte infe-
rior; por el contrario, en la superficie acromial es más grueso inferior que superiormente.
A B. Medios de unión
Una cápsula articular y un ligamento acromioclavicular mantienen en contacto las
superficies articulares.
J
CÁPSULA ARTICULAR.
Presenta un manguito fibroso bastante grueso que se inserta
en ambos huesos muy cerca del revestimiento fibrocartilaginoso. La cápsula articular
está reforzada en su cara superior por el ligamento acromioclavicular
(figs. 40 y 41).
J
LIGAMENTO ACROMIOCLAVICULAR.
Este ligamento es muy fuerte y ocupa la cara su-
perior de la articulación. Comprende dos planos fibrosos, uno profundo y otro
superficial. El plano profundo constituye un engrosamiento de la propia cápsula arti-
cular. El plano superficial se compone de fascículos fibrosos que se dirigen oblicua-
mente de anterior a posterior y de lateral a medial, y cuya longitud crece de forma gra-
dual de anterior a posterior. Este plano ligamentoso es distinto, por su textura, de la
cápsula articular, de la cual puede separarse fácilmente en la mayor parte de los casos
mediante disección (fig. 41). Su borde anterior describe un relieve sobre el plano cap-
sular, un poco posterior al borde anterior de la articulación y a una distancia variable
de éste.
Los fascículos superficiales del ligamento acromioclavicular proceden de la transfor-
mación fibrosa de las fibras del músculo trapecio que nacen del acromion. Estas fibras se
separan de las del resto del músculo y presentan una inserción secundaria en la clavícu-
la (Rouvière y Olivier).
ARTICULACIONES DEL MIEMBRO SUPERIOR
ARTICULACIÓN DE LA CLAVÍCULA CON LA ESCÁPULA
42
Lig. trapezoideo
Lig. acromioclavicular
Lig. conoideo
Fascia clavipectoral
(lig. coracoclavicular med.)
Clavícula
Acromion
Lig. coracoacromial
Apófisis coracoides
Cavidad glenoidea
Fig. 40
Articulación acromioclavicular y ligamento coracoclavicular.
Lig.
conoideo
Lig.
trapezoideo
Lig. acromioclavicular
Cápsula articular
Lig. acromioclavicular
Lig. coracoacromial
Fascia clavipectoral
(lig. coracoclavicular med.)
Fig. 41
Articulación acromioclavicular y ligamento coracoclavicular. Se ha seccionado el ligamento acromioclavicular
para mostrar la cápsula articular subyacente.
J
DISCO ARTICULAR
(fi-
gura 42). En una terce-
ra parte de los casos, las
superficies articulares no
se corresponden de ma-
nera exacta. La adapta-
ción perfecta es enton-
ces asegurada por un
disco articular fibrocarti-
laginoso o simplemente
fibroso; a menudo el dis-
co articular está formado
por una lámina prismáti-
ca triangular que ocupa
la parte superior o infe-
rior de la articulación. Se
inserta por su base en la
cápsula articular o en el fibrocartílago que reviste una u otra de las superficies articula-
res, y termina en la cavidad articular por medio de un borde libre (fig. 42, A y B). Excep-
cionalmente, el fibrocartílago constituye un disco articular completo que divide la cavi-
dad articular en dos cavidades secundarias, una discoclavicular y otra discoacromial. El
disco articular puede estar perforado en su porción central, de modo que las dos cavi-
dades se comunican entre sí.
A C. Membrana sinovial
Tapiza la cara profunda de la cápsula articular, se refleja a lo largo de la inserción
del manguito fibroso y recubre el periostio hasta el contorno de las superficies articu-
lares. La membrana sinovial es doble cuando existe un disco articular completo, esté
o no perforado.
LIGAMENTO CORACOCLAVICULAR
La clavícula está unida a la apófisis coracoides por el ligamento coracoclavicular, que
presenta a su vez dos porciones bien diferenciadas: el ligamento trapezoideo y el liga-
mento conoideo (fig. 41).
1. Ligamento trapezoideo o trapezoide. Se inserta por una parte, inferiormente, en
la mitad o tercio posterior del borde medial del segmento horizontal de la apófisis
coracoides, a lo largo de la cara superior y de la parte próxima a ésta. Por lo general las
inserciones sobre la cara superior se extienden más hacia la parte posterior que hacia
la parte anterior. Desde ese punto, el ligamento se dirige oblicuamente en sentido su-
perior y lateral, y termina en el segmento anterior de la línea trapezoidea que presen-
ta la extremidad acromial de la clavícula
(fig. 43).
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ARTICULACIONES DEL MIEMBRO SUPERIOR
ARTICULACIÓN DE LA CLAVÍCULA CON LA ESCÁPULA
43
Clavícula
Clavícula
Clavícula
Cápsula articular
Acromion
Acromion
Lig. acromioclavicular
Acromion
Cápsula
y disco articulares
Cápsula
y disco articulares
A
A
B
B
C
C
Fig. 42
A-C) Cortes frontales de la articulación acromioclavicular
(semiesquemático).
El ligamento trapezoideo consiste en una lámina fibrosa cuadrilátera, orientada se-
gún un plano oblicuo de superior a inferior y de lateral a medial. Presenta dos caras:
una es anteromedial y se orienta medial, anterior y superiormente; la otra es postero-
lateral y presenta una orientación inversa, correspondiendo a la cara superior de la
apófisis coracoides y al ligamento coracoacromial. El borde anterior es libre; el borde
posterior está relacionado con el ligamento conoideo.
El ligamento trapezoideo tiene un grosor de 4 a 5 mm y está compuesto por dos
hojas fibrosas poco diferenciadas superiormente pero separadas inferiormente, cerca
de su inserción coracoidea, por tejido celular laxo que contiene a menudo una bolsa si-
novial (Poirier).
2. Ligamento conoideo o conoide. Se inserta inferiormente, posterior al prece-
dente, en el extremo posterior y saliente de la cara medial del codo formado por la
apófisis coracoides, y en la parte cercana de la cara superior de dicha apófisis; esta in-
serción se prolonga inferiormente sobre la cara medial del segmento vertical de la apó-
fisis coracoides. Desde esta inserción, los fascículos divergen en abanico, en un plano
frontal, hacia la cara inferior de la clavícula. Se insertan en el tubérculo conoideo de
la clavícula (fig. 43).
ARTICULACIONES DEL MIEMBRO SUPERIOR
ARTICULACIÓN DE LA CLAVÍCULA CON LA ESCÁPULA
44
Surco del m. subclavio
Lig. trapezoideo
Lig. conoideo
Lig. transverso sup.
de la escápula
Cápsula articular
Lig. coracoacromial
Lig. acromio-
clavicular
Apófisis coracoides
Cuello de la escápula
Clavícula
Fig. 43
Articulación acromioclavicular. Se ha separado superiormente la clavícula para mostrar los ligamentos
conoideo y trapezoideo.
El ligamento conoideo es triangular de vértice inferior. Presenta dos caras (anterior
y posterior) y dos bordes; de los bordes, uno es medial, vertical y libre, y otro lateral
y oblicuo superior y lateralmente, estando a veces unido y a veces simplemente ado-
sado al borde posterior del ligamento trapezoideo.
Los ligamentos conoideo y trapezoideo están dispuestos en dos planos casi per-
pendiculares entre sí: el ligamento conoideo se halla en un plano frontal y el trape-
zoideo en un plano oblicuo posterior y lateral. Forman las paredes de un ángulo die-
dro abierto medial y anteriormente, cuya arista corresponde a la línea de unión del
borde posterior del ligamento trapezoideo con el borde lateral del ligamento conoi-
deo. Este espacio angular está lleno de tejido celuloadiposo muy vacuolizado, que
forma a veces una bolsa sinovial rudimentaria. Este tejido celuloadiposo se encuen-
tra en ocasiones atravesado por tractos ligamentosos coracoclaviculares; muy a me-
nudo está tabicado por una lámina fibrosa que prolonga lateralmente la fascia clavi-
pectoral.
J
ARTICULACIÓN CORACOCLAVICULAR.
En algunos movimientos del hombro, la clavícula y la apó-
fisis coracoides se deslizan una sobre otra. De ese modo, se desarrolla una articulación coracoclavicular que pre-
senta dos carillas articulares, una clavicular y otra coracoidea. Esta articulación está frecuentemente constituida
por una capa fibrocartilaginosa que se incrusta en la cara superomedial del ligamento trapezoideo.
J
MECÁNICA.
Esta articulación presenta movimientos de deslizamiento muy limitados, que pueden efec-
tuarse en todos los sentidos. Los más extensos son los que se producen alrededor de un eje vertical, mediante
los cuales las superficies articulares clavicular y acromial se deslizan una sobre otra siguiendo su eje mayor, es
decir, de anterior a posterior y de posterior a anterior. Estos movimientos determinan la apertura o cierre del
ángulo escapuloclavicular. El movimiento que produce la abertura de este ángulo está limitado por la tensión del
ligamento conoideo, mientras que, si el ángulo disminuye, el movimiento es limitado por la tensión del liga-
mento trapezoideo (v. Articulación del hombro y movimientos de conjunto de la cintura escapular).
7 II. LIGAMENTOS PROPIOS DE LA ESCÁPULA 0
Se denominan ligamentos propios de la escápula las láminas fibrosas que se extienden
entre diferentes partes de este hueso. Son tres: el ligamento coracoacromial, el ligamento
transverso superior de la escápula y el ligamento transverso inferior de la escápula.
1. Ligamento coracoacromial (figs. 40 y 41). Se trata de una lámina fibrosa triangu-
lar fijada por su vértice al vértice del acromion y por su base al borde lateral de la
apófisis coracoides. Los fascículos anteriores y posteriores son más gruesos que los
fascículos medios. La cara superior del ligamento está en relación con la cara profun-
da del músculo deltoides. Su cara inferior se orienta hacia la articulación del hombro
y los músculos periarticulares, de los que está separada por una bolsa sinovial, deno-
minada
bolsa subacromial o bolsa subdeltoidea. Su borde anterior presenta continuidad
con la fascia que reviste la cara profunda del músculo deltoides; según Cornejo, la par-
te lateral del ligamento deriva de esta fascia. Su borde posterior se une a la fascia del
músculo supraespinoso.
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ARTICULACIONES DEL MIEMBRO SUPERIOR
LIGAMENTOS PROPIOS DE LA ESCÁPULA
45
El ligamento coracoacromial, el acromion y la apófisis coracoides forman, supe-
riormente a la articulación del hombro, una bóveda osteofibrosa acromiocoracoidea.
2. Ligamento transverso superior de la escápula. Se da este nombre a una delga-
da banda fibrosa que se extiende de un extremo al otro de la escotadura de la escápu-
la, la cual transforma en un agujero osteofibroso por el que discurre el nervio supra-
escapular (fig. 43).
3. Ligamento transverso inferior de la escápula. Es un fascículo fibroso, estrecho
y delgado, que se extiende del borde lateral de la espina de la escápula al reborde
posterior de la cavidad glenoidea (fig. 51). Pasa a manera de un puente superiormente
al surco que forma el cuello de la escápula. El orificio así limitado da paso a los vasos
y nervio supraescapulares, que discurren desde la fosa supraespinosa hasta la fosa in-
fraespinosa.
7 III. ARTICULACIÓN DEL HOMBRO 0
La articulación del hombro o articulación glenohumeral es una articulación esferoidea
que une el húmero a la escápula.
A A. Superficies articulares
Son la cabeza del húmero y la cavidad glenoidea de la escápula.
1. Cabeza del húmero. La cabeza del húmero (fig. 44) representa la tercera parte de
una esfera de 30 mm de radio, ligeramente más extensa en sentido vertical que ante-
roposterior. Está revestida por una capa uniforme de cartílago de 2 mm de espesor
aproximadamente. El revestimiento cartilaginoso está limitado por el labio medial del
cuello anatómico y presenta, superiormente al tubérculo menor, una escotadura an-
gular o en forma de media luna, que corresponde a la superficie que hemos descrito en
osteología con el nombre de fosita supratubercular del ligamento glenohumeral superior.
En posición erguida y con el brazo extendido a lo largo del cuerpo, la cabeza del
húmero se orienta medial, superior y posteriormente; su eje forma con el del cuerpo
un ángulo de 130º aproximadamente.
2. Cavidad glenoidea de la escápula. La cavidad glenoidea (figs. 45 y 46) es mucho
menos extensa que la cabeza del húmero y presenta una orientación inversa.
Su superficie es de forma oval con el extremo ancho situado inferiormente y está
irregularmente excavada en el hueso seco. Presenta en su centro una eminencia de-
nominada
tubérculo glenoideo; además, su concavidad es más pronunciada en la parte
inferior que en el resto de su superficie.
El cartílago que reviste esta cavidad en estado fresco hace desaparecer las irregulari-
dades del tejido óseo y regulariza la curvatura de su concavidad. Por consiguiente, el es-
ARTICULACIONES DEL MIEMBRO SUPERIOR
ARTICULACIÓN DEL HOMBRO
46
pesor del cartílago es desi-
gual, siendo más grueso en
la mitad inferior de la cavi-
dad articular y muy delga-
do a la altura del tubérculo
(fig. 47), donde presenta un
aspecto gris amarillento de-
bido a la delgadez del car-
tílago y a su estructura fi-
brocartilaginosa.
La ligera concavidad de
la cavidad glenoidea está
lejos de adaptarse a la cur-
vatura esférica de la cabeza
del húmero. La adaptación
exacta se realiza por medio
del rodete glenoideo.
3. Rodete glenoideo. Se
da este nombre a un ani-
llo fibrocartilaginoso que
se aplica sobre el contorno
de la cavidad glenoidea y
que aumenta su profundi-
dad (figs. 45 y 46). Obser-
vado en un corte, es trian-
gular (fig. 47), por lo que en
él pueden reconocerse tres caras: periférica, articular y adherente.
La cara periférica
prolonga externamente la superficie del cuello de la escápula y sirve de inserción a la
cápsula articular en todo su contorno, así como al tendón de la cabeza larga del mús-
culo bíceps braquial superiormente y al tendón de la cabeza larga del músculo tríceps
braquial en la parte inferior.
La cara articular es libre, lisa y cóncava, y forma parte de
la superficie articular glenoidea.
La cara adherente está en estrecha conexión con la
periferia de la cavidad glenoidea, a la que a veces se adhiere en toda su extensión.
Muy a menudo, la estrecha unión entre el rodete glenoideo y la cavidad glenoidea se
realiza sólo en la parte inferior del contorno de la cavidad glenoidea, mientras que
superiormente el rodete glenoideo se une sólo al borde de la cavidad glenoidea, que-
dando el resto de esta cara adherente del rodete glenoideo aplicada sobre el cartílago
glenoideo; la unión termina en dirección hacia el centro de la cavidad glenoidea me-
diante un borde libre
(fig. 47). La parte superior del rodete glenoideo presenta entonces
las características de un menisco articular.
El rodete glenoideo suele ser más ancho inferior que superiormente, es decir, avan-
za más hacia el centro de la cavidad glenoidea en la parte inferior.
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ARTICULACIONES DEL MIEMBRO SUPERIOR
ARTICULACIÓN DEL HOMBRO
47
Cabeza
del húmero
Cápsula
articular
Cabeza larga
del m. bíceps
braquial
Lig. glenohumeral
sup.
Frenillos
de la cápsula
M. subescapular
Fig. 44
Cabeza del húmero con la cápsula que la envuelve (visión
medial).
A menudo, el rodete glenoideo pasa a manera de puente superiormente a la esco-
tadura glenoidea que presenta el borde anterior de la cavidad glenoidea (fig. 45). Se for-
ma así una estrecha ventana osteofibrosa en que se insinúa un fondo de saco sino-
vial; a veces se observa simplemente una depresión más o menos profunda.
El rodete glenoideo está compuesto, además de por los elementos cartilaginosos
que recubren su cara articular: a) por fibras propias, que se extienden de un punto a
otro del contorno de la cavidad glenoidea; b) por fascículos que proceden del tendón
de la cabeza larga del músculo bíceps braquial; este tendón nace en gran parte del pro-
pio rodete glenoideo por medio de dos fascículos que presentan continuidad con sus
segmentos anterior y posterior, y
c) por fibras que presentan continuidad con las del
tendón de la cabeza larga del músculo tríceps braquial.
El rodete glenoideo aumenta la concavidad de la cavidad glenoidea, pero la hace cre-
cer muy poco en extensión. La cabeza del húmero, más grande que la cavidad glenoi-
dea rodeada por su rodete glenoideo, sólo es parcialmente acogida por esta cavidad.
A B. Medios de unión
El húmero y la escápula están unidos: a) por una cápsula articular; b) por los liga-
mentos que refuerzan la cápsula articular, y c) por los músculos periarticulares.
ARTICULACIONES DEL MIEMBRO SUPERIOR
ARTICULACIÓN DEL HOMBRO
48
Tendón de la cabeza larga del m. bíceps braquial
Lig. glenohumeral sup.
Lig. coracohumeral
Lig. glenohumeral medio
Escotadura glenoidea
Lig. glenohumeral inf.
Espina de la escápula
Rodete glenoideo
Cavidad glenoidea
Rodete glenoideo
Cápsula articular
Fig. 45
Cavidad glenoidea con la cápsula articular que la envuelve (visión lateral).
J
CÁPSULA ARTICULAR.
Presenta la forma de un manguito fibroso muy laxo, que
permite una separación de las superficies articulares de hasta 2 o 3 cm. Se extiende
desde el contorno de la cavidad glenoidea hasta el extremo superior del húmero.
La inserción escapular de la cápsula articular se realiza sobre la cara periférica del rodete
glenoideo y se extiende hasta la parte próxima del reborde óseo de la cavidad glenoidea.
Sin embargo, en la parte superior, la inserción capsular rodea medialmente la inserción del
tendón de la cabeza larga del músculo bíceps braquial (fig. 47) y alcanza la base de la apó-
fisis coracoides (fig. 45). Además, en la parte inferior de la cavidad glenoidea, la cápsula
articular se fusiona con el tendón de la cabeza larga del músculo tríceps braquial.
La inserción humeral se efectúa a una distancia de la cabeza del húmero que es dife-
rente en la parte superior y en la inferior (figs. 44 y 47). En la mitad superior, la inserción
tiene lugar en el cuello anatómico y, por consiguiente, muy cerca de la superficie arti-
cular. En la mitad inferior, la línea de inserción se separa de forma progresiva, de su-
perior a inferior, del revestimiento cartilaginoso; en la porción que corresponde al polo
inferior de la cabeza del húmero, la línea de inserción se encuentra a 1 cm aproxima-
damente de la superficie articular.
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ARTICULACIONES DEL MIEMBRO SUPERIOR
ARTICULACIÓN DEL HOMBRO
49
Lig. glenohumeral inf.
Bolsa subacromial
Lig. glenohumeral medio
Lig. coracohumeral
Apófisis coracoides
Lig. glenohumeral sup. y coracohumeral
Cabeza larga del m. bíceps braquial
Espina de la escápula
Rodete glenoideo
Cavidad glenoidea
Fig. 46
Cavidad glenoidea con la cápsula articular que la envuelve (visión lateral). La flecha indica la comunicación
de la cavidad articular con la bolsa serosa subcoracoidea.
En la parte inferior de la inserción capsular, las fibras superficiales se fijan directa-
mente en el cuerpo del húmero; las fibras profundas son recurrentes y se reflejan de
inferior a superior sobre el periostio hasta el borde del revestimiento cartilaginoso,
formando en la cavidad articular, junto con la membrana sinovial a la que elevan, unas
bridas salientes denominadas frenillos de la cápsula articular (fig. 47).
La cápsula articular es relativamente delgada. Es más gruesa inferiormente, donde
no se encuentra en relación inmediata con ningún músculo. Superior, anterior y pos-
teriormente, se adelgaza al entrar en contacto con los músculos que la cubren.
La cápsula articular de la articulación del hombro está formada por fascículos fi-
brosos entrecruzados en todas direcciones, entre los cuales se reconocen sobre todo
fascículos superficiales longitudinales que se extienden directamente de la escápula
al húmero, y fascículos profundos circulares.
J
LIGAMENTOS.
El espesor de la cápsula articular es desigual: muy delgada cuando
está en contacto con los tendones periarticulares y más gruesa en los espacios inter-
tendinosos, si bien incluso en estos espacios el espesor no es uniforme. En diversos
puntos, la cápsula articular se engruesa y forma bandas fibrosas que se extienden de la
cavidad glenoidea al húmero y que se denominan
ligamentos glenohumerales.
También está reforzada por un ligamento coracohumeral y un ligamento coracoglenoideo,
los cuales se distinguen de los ligamentos glenohumerales: a) por su inserción cora-
coidea, y b) porque son independientes de la cápsula articular en una porción más o
menos amplia de su extensión. Describiremos sucesivamente los ligamentos coraco-
humeral, coracoglenoideo y glenohumerales.
ARTICULACIONES DEL MIEMBRO SUPERIOR
ARTICULACIÓN DEL HOMBRO
50
Cápsula articular
Rodete glenoideo
Cabeza larga del m. bíceps braquial
Frenillos de la cápsula
Tubérculo glenoideo
Rodete glenoideo
Cavidad articular
Fig. 47
Corte frontal de la articulación del hombro.
1. Ligamento coracohumeral (fig. 48). Es una lámina fibrosa gruesa, que se inserta
medialmente en toda la longitud del borde lateral de la apófisis coracoides, inferior-
mente al ligamento coracoacromial.
No obstante, la parte anterior de esta lámina, que se inserta en las proximidades del
vértice de la apófisis coracoides, es delgada, flexible y poco resistente, y no es consi-
derada por todos los autores como parte integrante de este ligamento.
Desde su in-
serción coracoidea, el ligamento coracohumeral se dirige transversalmente en sentido
lateral y termina por medio de dos fascículos en el tubérculo mayor y en el tubérculo
menor, a cada lado del extremo superior del surco intertubercular. Este ligamento es
independiente de la cápsula articular en la parte vecina a la inserción coracoidea y se
fusiona con ella en el resto de su extensión. Su fascículo del tubérculo mayor se une
posteriormente al tendón del músculo supraespinoso; anteriormente, su fascículo del
tubérculo menor se suelda, cerca del tubérculo menor, al ligamento glenohumeral su-
perior (v. pág. 53). Su cara superior está separada del ligamento coracoacromial por la
bolsa subacromial.
El ligamento coracoacromial procede de la regresión fibrosa de la parte lateral, ex-
tracoracoidea, del músculo pectoral menor. Originariamente, este músculo se exten-
día hasta el extremo superior del húmero, en particular hasta el tubérculo mayor, pa-
sando sobre la apófisis coracoides. Una anomalía muscular muy frecuente recuerda
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ARTICULACIONES DEL MIEMBRO SUPERIOR
ARTICULACIÓN DEL HOMBRO
51
Cabeza larga del
m. tríceps braquial
Cabeza larga
del m. bíceps braquial
M. supraespinoso
Lig. humeral transverso
Agujero oval
Lig. glenohumeral medio
M. subescapular
Lig. glenohumeral inf.
Fascículo para el tubérculo menor
del lig. coracohumeral
Fascículo para el tubérculo mayor
del lig. coracohumeral
Apófisis coracoides
Lig. glenohumeral sup.
Lig.
coraco-
humeral
Fig. 48
Articulación del hombro (visión anterior).
esta disposición original. En el curso de la evolución, el músculo pectoral menor se
inserta en la apófisis coracoides, y toda la porción del músculo comprendida entre la
apófisis y el húmero constituye el ligamento coracohumeral.
LIGAMENTO HUMERAL TRANSVERSO. El tendón de la cabeza larga del músculo bí-
ceps braquial emerge de la articulación por un orificio comprendido en la separación
de los fascículos de los tubérculos mayor y menor del ligamento coracohumeral, para
alojarse luego en el surco intertubercular. Esta corredera se transforma en un conduc-
to osteofibroso por medio de delgadas lengüetas fibrosas que se extienden superior-
mente entre los dos fascículos del ligamento coracohumeral y, más inferiormente,
entre los dos labios del surco intertubercular (fig. 48). Brodie denomina estos elemen-
tos fibrosos ligamento humeral transverso.
A veces la parte superior del ligamento humeral transverso está reforzada por una
expansión tendinosa del músculo supraespinoso, que discurre oblicuamente sobre el
surco para terminar en el borde lateral del tubérculo menor (fig. 49).
2. Ligamento coracoglenoideo (fig. 50). Este ligamento, descrito por Sappey con el
nombre de fascículo profundo o coracoglenoideo del ligamento coracohumeral, nace
de la parte posterior del borde lateral de la apófisis coracoides y del codo formado por
ésta, se dirige posterior y lateralmente, y termina en el rodete glenoideo y en la parte
vecina de la cápsula articular.
ARTICULACIONES DEL MIEMBRO SUPERIOR
ARTICULACIÓN DEL HOMBRO
52
Cabeza larga del
m. tríceps braquial
Cabeza larga
del m. bíceps braquial
Lig. glenohumeral
inf.
M. supraespinoso
Expansión del m. supraespinoso
Agujero oval
Lig. humeral transverso
M. subescapular
Apófisis
coracoides
Bolsa
sub-
acromial
Lig.
coraco-
humeral
Lig.
gleno-
humeral
medio
Lig.
gleno-
humeral
sup.
Fig. 49
Articulación del hombro (visión anterior). Esta figura muestra un orificio de comunicación entre la cavidad
articular y la bolsa subacromial, situado entre los ligamentos glenohumerales superior y medio.
El ligamento coracoglenoideo tendría la misma significación que el ligamento co-
racohumeral (A. Sicard).
3. Ligamentos glenohumerales. Existen tres: el ligamento glenohumeral superior,
el ligamento glenohumeral medio y el ligamento glenohumeral inferior (figs. 48 y 49).
a) LIGAMENTO GLENOHUMERAL SUPERIOR. El ligamento glenohumeral superior se inserta
medialmente en la parte superior del rodete glenoideo y del cuello de la escápula. La
parte superior de la inserción escapular de este ligamento, así como la de la cápsula ar-
ticular, está desplazada medialmente al rodete glenoideo por el tendón de la cabeza
larga del músculo bíceps braquial, y se extiende hasta la base de la apófisis coracoides.
El ligamento glenohumeral superior, que está situado inferiormente al ligamento
coracohumeral, se dirige transversalmente en sentido lateral, y al principio se halla se-
parado del ligamento coracohumeral por un espacio lleno de grasa, en el que penetra
con frecuencia una prolongación de la bolsa subacromial. Al dirigirse lateralmente, los
dos ligamentos se aproximan de forma gradual el uno al otro y acaban fusionándose.
El ligamento glenohumeral superior, unido al fascículo del tubérculo menor del liga-
mento coracohumeral, se fija en sentido inmediatamente superior al tubérculo me-
nor en el cuello anatómico y en una escotadura que presenta la cabeza del húmero,
cerca del extremo superior de su tubérculo menor. Las fibras que se fijan en esta es-
cotadura forman un repliegue que bordea medialmente la entrada al surco intertu-
bercular.
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ARTICULACIONES DEL MIEMBRO SUPERIOR
ARTICULACIÓN DEL HOMBRO
53
Lig. transverso inf. de la escápula
M. supraespinoso
M. infraespinoso
M. redondo menor
Espina
de la escápula
Lig. transverso sup.
de la escápula
Lig. coracoglenoideo
Cápsula articular
Fig. 50
Articulación del hombro (visión posterior).
b) LIGAMENTO GLENOHUMERAL MEDIO. El ligamento glenohumeral medio se inserta me-
dialmente en el rodete glenoideo y en la parte vecina del cuello de la escápula, en
sentido inmediatamente anterior a la inserción del ligamento glenohumeral superior.
Desde ese punto se dirige lateral e inferiormente, ensanchándose, y termina en la par-
te inferior del tubérculo menor, a lo largo de las inserciones del tendón del músculo su-
bescapular (figs. 48 y 49).
c) LIGAMENTO GLENOHUMERAL INFERIOR. El ligamento glenohumeral inferior refuerza la
parte anteroinferior de la cápsula articular. Se inserta a la vez en el rodete glenoideo y
en la parte adyacente del cuello de la escápula, desde la escotadura glenoidea hasta el
polo inferior de la cavidad glenoidea, y termina en el húmero inferiormente al tubércu-
lo menor. Este ligamento es casi transversal; en su parte lateral, los ligamentos gle-
nohumerales medio e inferior entran en contacto e incluso se superponen; en este
caso, es generalmente el ligamento glenohumeral medio el que pasa anterior al liga-
mento glenohumeral inferior.
d) SOLUCIONES DE CONTINUIDAD EN LA PARTE ANTERIOR DE LA CÁPSULA ARTICULAR:
AGUJERO OVAL DE WEITBRECHT, ETC. El ligamento glenohumeral superior limita con el
ligamento glenohumeral medio un espacio triangular cuya base es lateral y corres-
ponde a la parte superior del tendón del músculo subescapular. Asimismo, el liga-
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Lig. transverso
inf. de la escápula
Rodete
glenoideo
Lig.
glenohumeral
inf.
M. supraespinoso
Agujero oval
M. infraespinoso
Lig. glenohumeral medio
Cavidad glenoidea
M. redondo menor
Lig. transverso sup.
de la escápula
Lig.
coraco-
glenoideo
Lig.
coraco-
humeral
Cabeza
larga del m.
bíceps
braquial
Fig. 51
Articulación del hombro (visión posterior). La parte posterior de la cápsula articular y la cabeza humeral
han sido resecadas.
mento glenohumeral medio limita con el ligamento glenohumeral inferior un se-
gundo espacio triangular cuya base es medial y está formada por el reborde glenoi-
deo y, más concretamente, por la parte de éste en que se encuentra la escotadura gle-
noidea (figs. 48 y 49).
Normalmente, la cápsula articular presenta, en el espacio triangular superior com-
prendido entre los ligamentos glenohumeral superior y medio, una solución de con-
tinuidad, es decir, un orificio más o menos extenso denominado agujero oval de Weit-
brecht. Este agujero es en realidad triangular, al igual que el espacio interligamentoso
en que se encuentra y el cual llena casi por completo. Por este orificio, la cavidad arti-
cular comunica con la bolsa subtendinosa del músculo subescapular (v. Bolsas sinovia-
les periarticulares y fig. 54).
Hemos demostrado que existe muy a menudo, en el espacio triangular compren-
dido entre los ligamentos glenohumerales medio e inferior, un orificio que comunica
la cavidad articular con la bolsa sinovial denominada subcoracoidea, por lo cual puede
ser llamado orificio subcoracoideo. Existe en la mitad de los casos. Además, esta bolsa
sinovial puede ser distinta de la bolsa subacromial o estar en comunicación con ella;
en cualquier caso, el orificio por el cual se abre en la cavidad articular está situado bien
en el espacio interligamentoso lateral al rodete glenoideo, que es el caso más frecuen-
te (figs. 46, 49 y 54), bien entre el rodete glenoideo y la parte correspondiente del re-
borde óseo de la cavidad glenoidea. No es raro observar, en este último caso, un des-
pegamiento del rodete glenoideo que puede extenderse por toda la mitad superior del
borde anterior de la cavidad glenoidea.
J
MÚSCULOS Y TENDONES PERIARTICULARES.
Los tendones de los músculos periarti-
culares del hombro, que se extienden desde la escápula hasta los tubérculos mayor y
menor, intervienen como ligamentos activos de la articulación. Éstos son: superior y pos-
teriormente, los tendones de los músculos supraespinoso, infraespinoso y redondo
menor (fig. 50) y, anteriormente, el tendón del músculo subescapular. Estos tendones
pueden adherirse a la cápsula articular, pero de manera desigual.
Así, comprobamos que el manguito capsular está estrechamente unido al tendón
del músculo supraespinoso, y en mucho menor medida a los tendones de los múscu-
los infraespinoso y redondo menor. En cualquier caso, la cápsula articular se adelga-
za en los puntos en que entra en contacto con los tendones, tanto más cuanto más
estrecho sea dicho contacto.
Ya hemos señalado que, a la altura del agujero oval de Weitbrecht, la cápsula arti-
cular desaparece por completo. Por este orificio, la parte superior del tendón del
músculo subescapular, que está cubierto por una hoja serosa, entra directamente en
relación con la cavidad articular.
El tendón de la cabeza larga del músculo bíceps braquial presenta la particularidad
de estar situado profundo a la cápsula articular, y atraviesa toda la parte superior de
la cavidad articular a lo largo de un trayecto que se extiende desde su inserción su-
praglenoidea hasta el surco intertubercular
(fig. 51). Se trata de una disposición anató-
mica adquirida en el curso del desarrollo (v. Membrana sinovial).
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