AHORROS MEDIANTE AISLAMIENTO TÉRMICO EN LA CONSTRUCCIÓN
Un adecuado aislamiento térmico de las viviendas contribuye a la disminución de la
demanda de energía para calefacción y refrigeración, reduce el impacto ambiental y
genera una mejor calidad de vida de la población.
Este trabajo cuantifica el significativo ahorro de energía consumida en todo el país
destinada a calefacción residencial, que se lograría si en la construcción de viviendas
se contemplaran requerimientos de aislamiento térmico moderados.
Dichos requerimientos consisten en un acondicionamiento térmico pasivo de la
envolvente de edificios (paredes, techo, piso y aberturas), tanto para la ejecución de
viviendas nuevas como para su incorporación a las existentes.
El reducido costo adicional que esto implica es recuperado en un corto plazo por los
menores consumos de energía destinados a calefacción y refrigeración.
El resultado al que se arriba es el siguiente:
El ahorro real de consumo de energía, destinado a calefacción para uso residencial,
sería de 42,99% respecto a la actual demanda registrada.
Este ahorro global se obtendría en todos los combustibles utilizados para calefacción:
gas natural, electricidad, gas envasado, leña, combustibles líquidos, etc.
Considerando exclusivamente el Gas Natural consumido en las viviendas conectadas
a la red, este nivel de ahorro energético representa una disminución en la demanda
diaria, durante el período invernal, equivalente a:
15,4 millones de m
3
/día como valor promedio y 20,7 millones de m
3
/día durante las
olas de frío.
La disponibilidad de este caudal de gas de red, que hoy se derrocha por el
incumplimiento o el carácter no obligatorio de las normativas que exigen
requerimientos constructivos de aislamiento térmico en viviendas, hubiese evitado
por sí sola, la situación crítica actual.
El ahorro diario de gas mencionado más arriba se refiere solamente a las viviendas y
por lo tanto no contempla los ahorros que se pueden obtener en hoteles, edificios
comerciales, industriales, etc. Tampoco considera los posibles ahorros de gas en la
generación de electricidad utilizada para calefacción.
A este importante ahorro de los recursos energéticos que se alcanzarían en el período
invernal, se le agrega un ahorro aún mayor de energía destinada a refrigeración
durante el período estival, evitándose de este modo posibles situaciones críticas
también en verano. Todos estos recursos energéticos así ahorrados estarían
disponibles para la industria, transporte, exportación, etc.