Aparato extensor de los dedos
Romina Enriquez
El aparato extensor de los dedos es un sistema compuesto por elementos intrínsecos y
extrínsecos, interrelacionados a través de un complejo retinacular formado por estructuras
ligamento-aponeuróticas inextensibles.
Está formado por el musculo extensor de los dedos (extrínseco), los músculos lumbricales e
interóseos (intrínsecos), el ligamento retinacular, e incluso por el musculo flexor superficial de
los dedos. Todos estos intervienen en los nexos de agonismo-antagonismo variables según la
posición de la articulación metacarpofalángica y de la muñeca.
El musculo extensor de los dedos pertenece a la región posterior del antebrazo. Se inserta
proximalmente en la cara posterior del epicóndilo lateral, por medio de un tendón común con
los músculos epicondíleos laterales; en la cara profunda de la aponeurosis tendinosa que
recubre su extremidad superior; y en los tabiques tendinosos que lo separan de los músculos
que lo rodean. Distalmente, envía una expansión profunda hacia la base de la falange
proximal donde se inserta, y luego se divide en una cintilla media y dos cintillas laterales, que
reciben expansiones de los músculos interóseos. Un poco antes de la expansión profunda se
desprenden de los bordes laterales unas cintillas sagitales.
Los músculos lumbricales son pequeños fascículos fusiformes, anexos a los tendones del flexor
profundo de los dedos, y situados en la palma de la mano, entre dichos tendones. Son cuatro y
se designan como primero, segundo, tercero y cuarto de lateral a medial. Se dirigen hacia los
tendones extensores de los cuatro últimos dedos. El primero y segundo se insertan en el
borde lateral y ligeramente cara anterior del tendón correspondiente del flexor profundo de
los dedos. El tercero y cuarto se originan de los bordes laterales y cara anterior de estos
tendones. Todos terminan a través de una lengüeta tendinosa, que se une a la expansión
tendinosa de los músculos interóseos, en el borde lateral del tendón del extensor que le
corresponda.
Los músculos interóseos ocupan los espacios interóseos del metacarpo, y se distinguen dos
tipos: dorsales y palmares. Los dorsales son cuatro, y se insertan en toda la cara lateral o
medial del metacarpiano más próxima al eje de la mano y en la mitad dorsal de la cara lateral o
medial del metacarpiano que se halla más alejado del eje de la mano. Luego, se divide en dos
fascículos: el profundo se inserta en el tubérculo de la base de la falange proximal del dedo; el
superficial recibe la lengüeta tendinosa del músculo lumbrical correspondiente y termina en el
borde lateral del tendón del extensor que corresponda. Los palmares también son cuatro; se
insertan superiormente en la mitad palmar de la cara lateral o medial del metacarpiano que se
halla más alejado del eje de la mano. Terminan por medio de un tendón que se divide en dos
fascículos: el profundo es inconstante y se inserta en el tubérculo de la base de la falange
proximal que corresponde al metacarpiano en el cual se inserta superiormente; el superficial
forma una lamina tendinosa que termina en el tendón del extensor correspondiente.
El ligamento retinacular está constituido por fibras que emanan de la cara palmar de la
falange proximal y se proyectan sobre las cintillas laterales del extensor común, y a través de
estas sobre la tercera falange.
El musculo extensor de los dedos es principalmente extensor de la primera falange sobre el
metacarpiano. Esta acción se manifiesta sea cual sea la posición de la muñeca. Se transmite a
la falange proximal por la expansión profunda que se desprende de la cara del tendón, que se
inserta junto con la cápsula en la base de la falange proximal. En contraste, la acción sobre las
falanges media y distal (a través de las cintillas media y laterales respectivamente) dependen
del grado de tensión del tendón, de la posición de la muñeca, y del grado de flexión de la
articulación metacarpo falángica. Para que el extensor pueda extender las dos últimas
falanges, los tendones flexores deben estar distendidos.
Los músculos interóseos y lumbricales son ambos flexores de la falange proximal, y extensores
de las falanges media y distal. La diferencia radica en que en el caso de los interóseos su acción
depende del grado de flexión de la articulación metacarpofalángica y del estado de tensión del
extensor de los dedos; los lumbricales son independientes.
Con respecto al ligamento retinacular, presenta una acción pasiva coordinando la extensión de
las dos últimas falanges.
Bibliografía
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Masson; 5º edición
biomecanica.pdf
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