acumulados. El sistema productivo occidental tenía la necesidad de reestructurar sus bases para no incurrir en un
desastre económico. La crisis planteada estimuló en ciertos sectores la concentración de la producción en pocas
empresas industriales. Así nacieron auténticos imperios económicos que controlaban las principales ramas de la
actividad productiva (acero, químicos, tejidos, fuentes energéticas). Por otro lado, la división entre capital bancario e
industrial iba desapareciendo y, con la unión de los bancos y las industrias, se dio lugar a un nuevo capital, el financiero.
La crisis se prolongada. Europa estaba cerrada por barreras aduaneras, por lo que las potencias comenzaron a buscar en
otra parte las salidas para sus productos.
Ferry, primer ministro francés y promotor de la expansión imperialista, decía que la política colonial es la continuación
de la política industrial. Sistema proteccionista.
Gran Bretaña recurre a la penetración en países extraeuropeos.
Entre 1875 y 1880 el valor de las importaciones aumentó en detrimento de las exportaciones, y el déficit de la balanza
comercial se dobló. Los ingleses se dedicaron a estimular las inversiones en el extranjero, sobre todo en las áreas
coloniales. La carrera por el reparto del mundo entre las potencias revestía caracteres muy distintos de los de la época
colonial anterior. La búsqueda de mercados no basta para definir la lógica del imperialismo. Hay que remontarse a las
nuevas estructuras de tipo monopolista, los grandes monopolios en formación para asegurar un rendimiento continuo e
invertir en áreas ventajosas el exceso de capital. En Europa esto no era posible, el crecimiento de los grandes trusts no
podía verificarse sino a expensas de lo territorios extraeuropeos donde la tierra a buen precio, los salarios bajos las
materias primas a bajo costo y la facilidad de asumir posiciones monopolistas hacían prever inversiones altamente
rentables. La posesión exclusiva de regiones ricas en materias primeras era una necesidad esencial para los grandes
grupos económicos. El imperialismo se convirtió en la doctrina política de Gran Bretaña. El país que le seguía era
Francia, luego Bélgica, Alemania, Holanda y Portugal.
Esta era la situación de la economía política en la Europa del siglo XIX. La Antropología, a la que se le confiere el estudio
de las culturas diversas, diferentes de la cultura occidental, debe colocarse necesariamente ante la “situación colonial”.
El abismo entre las civilizaciones era demasiado grande para un entendimiento mutuo. El breve período de tolerancia no
duró mucho. Esto dice Worsley sobre la expansión colonial. La fase que terminó con la división triunfante del globo
entero entre un puñado de potencias europeas vino en 1885. Repetición de viejos modelos de imperialismo, marcó el
alba de una nueva era de la historia humana, caracterizada por un imperialismo de nuevo tipo como respuesta a las
presiones económicas y financieras en Europa. Dio lugar a la unificación del globo en un solo sistema social. La nueva
fase fue destruir la tradicional nación-Estado europea occidental. Nació un sistema imperial más amplio.
Pero la situación colonial y la configuración del globo, en el que las potencias europeas se reparte el mundo colonial, no
va a ser percibida por la Antropología Clásica. Solamente va a aparecer con al descolonización. Según Balandier la
situación colonial es la dominación impuesta por una minoría extranjera racial y culturalmente diferente, que actúa en
nombre de una superioridad racial o étnica y cultural, afirmada dogmáticamente. Dicha minoría se impone a una
población autóctona que constituye una mayoría numérica, peor que es inferior al grupo dominante desde un punto de
vista material. Esta dominación vincula en alguna forma la relación entre civilizaciones radicalmente diferentes: una
sociedad industrializada, mecanizada, de intenso desarrollo y de origen cristiano, se impone a una sociedad no
industrializada, de economía atrasada y simple y cuy tradición religiosa no es cristiana. Esta relación presenta un
carácter antagónico básico, que es resulto por la sociedad desarrollada mediante el ejercicio de la fuerza, un sistema de
seudo justificaciones y un patrón de comportamientos estereotipados operando en la relación.
Podría decirse que desde el siglo XV hasta ese entonces, situaciones de relación colonial en América, Asia, África y
Oceanía.