CAPÍTULO
0101
Manual de Cirugía
de Pared Abdominal Compleja
1.1. 1.1.
Anatomía de la pared abdominal
1.1.1. Introducción
La cavidad abdominal está delimitada por formaciones musculares que pueden clasifi -
carse en cinco áreas anatómicas
(Tabla 1.1). Se analizarán las cuatro primeras regiones
anatómicas debido a su relevancia en el tratamiento quirúrgico de las eventraciones.
Este conjunto de formaciones musculares se enmarca en varias estructuras óseas: pro-
ximalmente por los últimos arcos costales, el apéndice xifoides y las uniones condro-
costales; distalmente por el borde superior de la pelvis y posteriormente por las apófi sis
transversas de las vértebras lumbares.
Los planos de la pared anterior y lateral del abdomen son los siguientes: piel y tejido celular
subcutáneo, fascia superfi cial, fascia profunda, músculo, fascia extraperitoneal y peritoneo.
Tabla
1.1.
Límites musculares de la cavidad abdominal
POSTERIOR
Cuadrado lumbar
Psoas
Iliopsoas
LATERAL
Oblicuo mayor
Oblicuo menor
Transverso
ANTERIOR
Recto
Piramidal
SUPERIOR
Diafragma
INFERIOR
Músculos perineales
1.1.2. Músculos de la pared abdominal
Músculos de la pared anterolateral
Recto anterior
El músculo recto anterior (m. rectus abdominis) es un músculo alargado y grueso que se extien-
de desde la parte anteroinferior del tórax hasta el pubis, a lo largo de la línea media
(Figura 1.1).
ÍNDICE
1.1. Anatomía
de la pared abdominal
1.2. Fisiología de la pared
abdominal
Anatomía
y siología
de la pared
abdominal
Dr. Álvaro Robín Valle de Lersundi
Dr. Arturo Cruz Cidoncha
1
Manual de Cirugía de Pared Abdominal Compleja
2
Figura
1.1.
Músculo recto anterior del abdomen
Proximalmente, los músculos rectos del abdomen se insertan
con tres digitaciones en la cara anterior de los cartílagos costa-
les 5º, y 7º, en el apéndice xifoides y en el ligamento costo-
xifoideo.
Distalmente, se insertan en la parte anterior del borde superior
del pubis.
El músculo está envuelto por las hojas anteriores y posteriores
de la vaina de los rectos, excepto en el tercio inferior donde sólo
está cubierto por delante. Lateralmente, las hojas de la vaina de
los rectos se unen a la aponeurosis de los músculos oblicuos
externos para formar la línea semilunar.
En la parte superior, la vaina de los rectos está formada también
por fi bras de la aponeurosis del pectoral mayor.
Existen entre tres y cuatro intersecciones tendinosas trans-
versales u oblicuas sobre la fascia anterior del músculo. Esta
disposición explica que la disección entre fascia y músculo
sea muy difi cultosa en la parte anterior, entre el músculo y la
fascia anterior, y que la aparición de hematomas o abscesos
se extienda sobre todo en la fascia posterior del músculo
(Ta-
bla 1.2).
Tabla
1.2.
Características relevantes
del músculo recto anterior
Características
Origen en la super cie anterior e inferior de 5º, 6º y 7º cartílagos costales
y xifoides
Inserción sobre la zona anterior del pubis y la sínfi sis del pubis
Envuelto en la fascia anterior y posterior, excepto en el tercio inferior
que falta la fascia posterior
Difi cultad de disección entre en la fascia anterior y el músculo
El músculo más importante en la función fl exora del tronco
Empleado para realizar colgajos musculares
Piramidal
El músculo piramidal (m. pyramidalis) es un músculo pequeño y
triangular que se encuentra en la zona inferior del recto del ab-
domen y que está ausente en aproximadamente el 20% de la
población
(Figura 1.2).
Se origina en el pubis y se inserta en la línea alba, por debajo del
ombligo.
Oblicuo mayor o externo
El músculo oblicuo externo (m. obliquus externus abdominis) es
el más grueso y superfi cial de los tres músculos de la pared late-
ral del abdomen
(Figura 1.2).
Figura
1.2.
Músculo oblicuo externo
Se origina en la superfi cie anterior de los últimos ocho arcos
costales con digitaciones que se entrecruzan con inserciones
del serrato anterior y d el dorsal ancho. Desde su origen sigue
una dirección inferomedial y el límite músculo-tendinoso des-
ciende de tal forma que, hacia la línea media y también por de-
bajo de la altura de la espina ilíaca anterosuperior, se transfor-
ma completamente en aponeurosis.
Distalmente, el oblicuo externo se repliega sobre sí mismo formando
el ligamento inguinal que se extiende desde la espina ilíaca antero-
superior hasta el tubérculo del pubis.
Anteriormente, la aponeurosis del oblicuo externo se une con la
del oblicuo interno y pasa por delante del recto del abdomen; sus
bras se entrecruzan en la línea media con las del lado opuesto
y contribuyen a formar la línea alba.
Las inserciones al pubis se efectúan por medio de los pilares
del anillo inguinal superfi cial y mediante el ligamento inguinal
(Tabla 1.3).
3
CAPÍTULO
0101
Anatomía y siología de la pared abdominal
Tabla
1.3.
Características relevantes
del músculo oblicuo externo
Características
Origen en la super cie anterior de los últimos 8 arcos condrocostales
Es el músculo de mayor grosor de la pared lateral
Dirección hacia abajo y medial de las fi bras musculares y aponeuróticas
La aponeurosis contribuye a formar la fascia anterior del recto
Límite músculo-tendinoso
Se pliega inferiormente para formar el ligamento inguinal
Oblicuo menor o interno
El músculo oblicuo interno (m. obliquus internus abdominis) se
encuentra entre el músculo oblicuo externo y el transverso
(Figu-
ra 1.3).
Posteriormente, está cubierto por el dorsal ancho.
Figura
1.3.
Músculo oblicuo interno
Nace en el tercio lateral del ligamento inguinal, en los dos tercios an-
teriores de la cresta ilíaca, así como en la fascia toracolumbar (fascia
thoracolumbalis) y la apófi sis espinosa de la quinta vértebra lumbar.
El músculo oblicuo interno discurre en una dirección superome-
dial perpendicular a las fi bras del músculo oblicuo externo.
A nivel de la línea semilunar, se transforma en una ancha apo-
neurosis. En los dos tercios superiores del recto del abdomen,
su aponeurosis se divide en dos hojas: anterior y posterior. En la
tercera porción inferior del recto, la aponeurosis no se divide, se
fusiona con la aponeurosis del oblicuo externo y forma únicamen-
te la hoja anterior de la vaina de los rectos. El borde inferior de la
hoja posterior del recto forma la línea arqueada.
En la parte superior se inserta en el borde inferior del 10º al 12º
arco costal. Inferiormente, el oblicuo interno se inserta con bras
aponeuróticas del transverso del abdomen formando el tendón
conjunto que se inserta en el pubis.
Algunas bras más inferiores, a nivel del canal inguinal, forman el
músculo cremáster.
Existe una capa avascular de tejido conjuntivo laxo entre el obli-
cuo externo e interno que permite una fácil disección entre estos
planos musculares
(Tabla 1.4).
Tabla
1.4.
Características relevantes
del músculo oblicuo interno
Características
Se origina en la fascia toracolumbar, cresta ilíaca y ligamento inguinal
La dirección de las fi bras es perpendicular al oblicuo externo
Fácil disección entre el plano muscular del oblicuo externo e interno
La aponeurosis no forma la fascia posterior del recto debajo de la línea
arcuata
Tiene inserciones en el borde inferior del 10º al 12º arco costal
Constituye el tendón conjunto
Transverso
El músculo transverso del abdomen (m. transversus abdominis) es
el más profundo de los tres músculos laterales del abdomen y tiene
un recorrido con dirección horizontal
(Figura 1.4). Es muscular en
la zona media y tendinoso en los extremos, y ocupa toda la mitad
lateral de la pared abdominal, desde la columna vertebral hasta la
línea alba.
Figura
1.4.
Músculo transverso
Se origina en la fascia toracolumbar, en la cresta ilíaca, en el liga-
mento inguinal y en la cara interna de los seis últimos cartílagos
costales interdigitándose con las fi bras del diafragma
(Figura 1.5).
Su origen en la parte posterior de la fascia toracolumbar, sobre
el cuadrado lumbar, se establece mediante una aponeurosis de
inserción ancha, conocida también como aponeurosis posterior
del transverso. En la separación posterior de componentes, las
mallas pueden extenderse sobre esta aponeurosis posterior
(Figura 1.6).
Manual de Cirugía de Pared Abdominal Compleja
4
Figura
1.5.
Relaciones anatómicas de las inserciones
del músculo transverso con el diafragma
Figura
1.6.
Esquema de la extensión de una malla siguiendo
el plano posterior al músculo transverso y descansando sobre la fascia
posterior del músculo transverso y el cuadrado lumbar. 1: músculo
transverso; 2: malla; 3: fascia toracolumbar; 4: fascia posterior
del transverso; 5: cuadrado lumbar; 6: psoas
Las bras musculares se dirigen horizontalmente a la línea me-
dia, acabando en una aponeurosis extensa en la línea semilunar,
formando una curva de concavidad medial. Por encima de la lí-
nea arcuata, se fusiona con la parte posterior de la aponeurosis
del oblicuo interno y la línea alba.
En el tercio superior del abdomen, las bras musculares del trans-
verso llegan por detrás del recto aproximándose a la línea media.
Por debajo de la línea arcuata, la aponeurosis del músculo con-
tribuye a formar el tendón conjunto con el oblicuo interno. A este
nivel, la diferenciación entre las bras musculares del oblicuo me-
nor y transverso es muy complicada.
No es tarea fácil separar el plano muscular del oblicuo menor del
transverso porque los paquetes vasculonerviosos discurren por
este plano
(Tabla 1.5).
Tabla
1.5.
Características relevantes del músculo transverso
Características
Se origina en la fascia toracolumbar, cresta ilíaca, ligamento inguinal
y cara posterior de últimos 6 arcos costales
La dirección de las fi bras es horizontal
Las fi bras musculares llegan detrás del recto cerca de la línea media
en la parte superior
Superada la inserción en la región costal, se puede extender la disección
retromuscular en un espacio entre el diafragma y el peritoneo
Los paquetes vasculonerviosos lumbares discurren entre el transverso
y el oblicuo menor
Constituye el tendón conjunto
Músculos de la pared posterior
Músculo cuadrado lumbar
El cuadrado lumbar (m. quadratus lumborum) es un músculo pla-
no y cuadrilátero que está situado entre la última costilla y la cres-
ta ilíaca
(Figura 1.7).
Figura
1.7.
Cuadrado lumbar y psoas ilíaco
Se origina en la cresta ilíaca y el ligamento iliolumbar, y sus fi bras
ascienden para insertarse en la 12ª costilla y las apófi sis costales
de las cuatro primeras vértebras lumbares.
Los fascículos más laterales son verticales y los mediales son
más oblicuos.
Está cubierto por delante por la aponeurosis posterior del trans-
verso.
5
CAPÍTULO
0101
Anatomía y siología de la pared abdominal
Músculo iliopsoas
El músculo iliopsoas (m. iliopsoas) se compone de los músculos
psoas mayor e ilíaco.
El músculo ilíaco (m. iliacus) se origina en la fosa ilíaca y sus -
bras descienden para formar el tendón del psoas e insertarse en
el trocánter menor.
El músculo psoas mayor (m. psoas major) toma su origen en los
cuerpos y apófi sis transversas de la 1ª a la 4ª vértebra lumbar.
Las bras descienden para unirse a las del músculo ilíaco y for-
mar el tendón de inserción sobre el trocánter menor.
Es interesante recordar las relaciones anatómicas de estos mús-
culos con las ramas del plexo lumbar. El nervio iliohipogástrico e
ilioinguinal discurren entre el cuadrado lumbar y el borde lateral
del psoas mayor. El nervio femorocutáneo emerge de la convexi-
dad muscular del psoas mayor, mientras que el nervio genitofemo-
ral sale del borde medial del psoas mayor a nivel de la vérte-
bral lumbar. El nervio obturador desciende en el borde medial del
psoas mayor antes de entrar en la pelvis menor. El nervio femoral
discurre por detrás entre el músculo psoas mayor y el ilíaco.
Diafragma
Es un músculo plano y delgado que, en forma de cúpula, separa
la cavidad torácica de la abdominal. El origen del diafragma se en-
cuentra a lo largo de las vértebras lumbares, costillas y esternón.
Tiene una parte periférica muscular y una parte central aponeuró-
tica (tendón central).
La parte muscular se divide según su lugar de inserción en ester-
nal, costal y lumbar.
La parte esternal está compuesta por dos músculos peque-
ños que se insertan en la cara posterior del xifoides.
La zona costal se compone de haces musculares que se in-
sertan en la cara interna de la 7ª-12ª costillas cruzándose
con bras de la inserción del transverso en las últimas seis
costillas.
La zona lumbar está constituida por los pilares del diafragma.
En los casos de hernias laterales, en la disección retrocostal,
siguiendo el plano retromuscular por detrás del músculo trans-
verso, se puede disecar fácilmente el espacio entre el diafragma
y el peritoneo permitiendo extender la malla en esta posición
(véase
Figura 1.5).
1.1.3. Otros componentes
de la pared abdominal
Los músculos que se han descrito anteriormente tienen una fas-
cia de envoltura y una aponeurosis de inserción.
Por lo general, las fascias de envoltura aislan cada músculo de
los demás; sin embargo, éstas están constituidas por tejido con-
juntivo broso delgado que difi culta su disección
(Figura 1.8).
Por el contrario, las aponeurosis se comportan como auténticos
tendones de inserción con tejido broso muy fuerte y resistente,
y constituyen una continuidad de la masa muscular hasta su lu-
gar de inserción.
Figura
1.8.
Esquema del concepto de fascia y aponeurosis
F: fascia; M: músculo; A: aponeurosis
Las aponeurosis de la pared abdominal anterolateral son lámi-
nas tendinosas que constituyen las terminaciones anteriores de
los tres músculos anchos del abdomen. Estas láminas forman,
a su vez, la vaina anterior y posterior del músculo recto del
abdomen y, cruzándose en línea media, forman la línea alba
(Figura 1.9).
Figura
1.9.
Límites miofasciales de los músculos laterales
del abdomen. T: transverso; IO: oblicuo interno; EO: oblicuo externo
Línea alba
La línea alba (linea alba) es un rafe tendinoso localizado en la lí-
nea media, resultado de la fusión de las hojas anterior y posterior
del recto en la línea media. Está esencialmente constituida por
el entrelazamiento de las bras aponeuróticas de los músculos
transverso, oblicuo interno y oblicuo externo.
Se han descrito diferentes formas de decusación de las bras
en la línea media sin que tengan hasta ahora importancia qui-
rúrgica.
Manual de Cirugía de Pared Abdominal Compleja
6
Vaina de los rectos
La vaina del músculo recto del abdomen (vagina musculi recti ab-
dominis) es una vaina brosa que contiene a cada lado un músculo
recto del abdomen.
En los dos tercios superiores del músculo recto, la vaina está
formada, anteriormente, por la aponeurosis del oblicuo externo
unida a la hoja anterior de la aponeurosis del oblicuo externo;
posteriormente, por la aponeurosis del transverso, unida a la
hoja posterior del oblicuo interno. En el tercio inferior del recto
del abdomen, la aponeurosis del oblicuo externo, del oblicuo
interno y del transverso pasan anteriormente al recto del abdo-
men. La lámina posterior de la vaina está constituida únicamen-
te por la fascia transversalis. La línea de división semicircular
entre estas dos zonas abdominales es la línea arqueada (línea
arcuata) o arco de Douglas y se encuentra a mitad de camino
entre el ombligo y el pubis.
La línea semilunar (linea semilunaris) o línea de Spiegel está
formada por la fusión del oblicuo externo, oblicuo interno y trans-
verso del abdomen en el borde lateral del recto del abdomen. Se
extiende desde el cartílago de arco costal hasta el tubérculo
del pubis.
Fascia transversalis
La fascia transversal (fascia transversalis) es sencillamente la
fascia interna del músculo transverso y fue denominada así por
Sir Astley P. Cooper.
Es la capa más profunda situada sobre el peritoneo parietal. Es
una lámina na, pero resistente, de tejido conjuntivo, y forma par-
te de la fascia intraabdominal (fascia endoabdominalis). Está cu-
bierta por la superfi cie interna del músculo transverso, al que se
adhiere fi rmemente.
Cuando se realiza la liberación del músculo transverso en la se-
paración posterior de componentes, el cirujano puede hacer la
disección por encima o por debajo de esta fascia. Si se realiza
por encima, el peritoneo se protege con la fascia y es más compli-
cado de abrir. Sin embargo, este plano contiene pequeños vasos
que hacen que la disección sea más sangrante. Si la disección se
realiza por debajo, este plano será avascular, pero será más fácil
tener desgarros en el peritoneo.
Posteriormente, la fascia transversalis se une a la fascia tora-
columbar (fascia thoracolumbalis) y, superiormente, a la fascia
diafragmática (fascia diaphragmatica). Es más densa a nivel
de la pared posterior del canal inguinal y se continúa inferior-
mente con la fascia endopélvica (fascia pelvica) e ilíaca (fascia
iliaca).
Ligamento de Cooper
El ligamento pectíneo de Cooper (lig. pectineum) es una estruc-
tura ja y sólida resultado de la fusión del engrosamiento del
periostio púbico, la fascia del músculo pectíneo, el tracto ileopú-
bico (ligamento inguinal) y la inserción del músculo transverso
(Figura 1.10).
Figura
1.10.
Disección en el cadáver de ambos ligamentos
de Cooper
Es uno de los lugares más importantes de jación de mallas en
las hernias incisionales. Puede encontrarse fácilmente siguiendo
la disección del espacio retropúbico hacia el lateral, cerca de los
vasos ilíacos.
Los cirujanos que empleen este ligamento para jar la malla de-
ben tener en cuenta los vasos que pueden cruzar el ligamento de
Cooper a este nivel en el 20% de los pacientes. Se trata de los
vasos obturatrices aberrantes (obturatoria accesoria) o vasos que
anastomosan la ilíaca externa y los epigástricos inferiores con los
vasos obturatrices (r. obturatorius o corona mortis). Se puede rea-
lizar hemostasia con electrocauterio, otros aparatos de energía, o
bien con la propia sutura empleada para fi jar la malla.
Fascias super ciales
Entre la piel y los planos músculo-aponeuróticos, existe una capa
única de tejido conjuntivo fi no por encima del ombligo.
Debajo de la cicatriz umbilical, la fascia se divide en una fascia
grasa superfi cial (fascia de Camper) y una capa más profunda y
membranosa (fascia de Scarpa).
Esta fascia puede emplearse para el correcto cierre del tejido ce-
lular subcutáneo después de la reparación de hernias incisionales.
1.1.4. Vascularización
El conocimiento del entramado vascular de la pared abdominal es
muy importante a la hora de planifi car las incisiones y las cirugías
de la pared abdominal compleja.
Existe una vascularización superfi cial inferior constituida por un
sistema superfi cial formado por la arteria epigástrica superfi cial,
la circunfl eja superfi cial y la arteria pudenda superfi cial, ramas
todas de la arteria femoral.
El resto de la vascularización de la pared abdominal está propor-
cionada por unos ejes vasculares profundos:
Un eje vertical de los vasos epigástricos a lo largo de la pared
posterior del músculo recto.
7
CAPÍTULO
0101
Anatomía y siología de la pared abdominal
Un eje horizontal formado por las seis últimas ramas intercos-
tales y lumbares.
Un eje vertical lateral formado por las ramas ascedentes de la
arteria circunfl eja profunda.
Arteria epigástrica inferior
La arteria epigástrica inferior irriga el músculo recto, el tejido celu-
lar subcutáneo y la piel por medio de las columnas de perforantes
músculo-cutáneas lateral y medial.
La arteria epigástrica inferior nace del lado medial de la arteria
ilíaca externa, detrás del ligamento inguinal, y atraviesa la fascia
transversalis rodeada de un tejido graso perivascular para diri-
girse, craneal y medialmente, hasta introducirse entre la vaina
posterior del recto y el músculo recto a nivel de la línea arcuata.
Cuando se realiza la disección lateral retrorrectal debajo de la
línea arcuata, el cirujano debe coagular 2-3 ramas mediales hacia
la línea media desde los vasos epigástricos inferiores, que pue-
den sangrar y obligar a la ligadura de los vasos epigástricos infe-
riores. Para evitar lesionar estos vasos, la disección debe elevar
la grasa que acompaña a los vasos epigástricos dejando abajo el
peritoneo y la fascia transversalis.
La arteria epigástrica inferior se divide por encima del ombligo en
1-3 ramas que se anastomosan con ramas de la arteria epigás-
trica superfi cial.
Varias perforantes músculo-cutáneas nacen de la arteria epigás-
trica profunda en una subdivisión metamérica de las columnas
lateral y medial de perforantes, habitualmente cuatro ramas por
encima y tres debajo de la cicatriz umbilical.
Arteria epigástrica superior
Se origina en la división de la mamaria interna en la arteria múscu-
lo-frénica y la arteria epigástrica superior.
Perfora la fascia posterior del recto para descender posterior al
músculo recto, dando dos o más ramas que se anastomosan con
la epigástrica inferior.
Arteria epigástrica super cial
Se origina en la arteria ilíaca externa, distal al ligamento inguinal, y
asciende unos 2 cm lateral a la línea semilunar sobre la muscula-
tura en el plano subcutáneo, entre la fascia de Camper y la fascia
de Scarpa.
Arterias intercostales y lumbares
Estos vasos acompañan a sus nervios homónimos en el espacio
situado entre el músculo oblicuo menor y el transverso. También
ofrecen varias ramas posteriores mediales y laterales.
Algunas ramas diafragmáticas de la arteria torácica interna se
anastomosan con ramas de los vasos intercostales superiores.
A su vez, las arterias lumbares también se anastomosan con ra-
mas de la arteria circunfl eja profunda.
Venas
El retorno venoso se realiza de forma paralela al arterial, acompa-
ñando a los perforantes, y luego hacia las venas principales, por
medio de venas toracofrénicas, frénicas, intercostales inferiores,
lumbares y epigástricas.
Finalmente, acaban drenando sobre la vena ácigos, la vena sub-
clavia o la vena ilíaca.
1.1.5. Inervación
Los nervios intercostales inferiores y los nervios del plexo lumbar
son los encargados de proporcionar inervación a la pared abdo-
minal anterolateral.
Los seis últimos nervios intercostales (T7-T12) y los nervios ilio-
hipogástrico e ilioinguinal discurren paralelos a sus homónimos
vasculares en la capa entre el músculo oblicuo menor y el trans-
verso. Proporcionan tanto inervación motora como sensitiva.
Los nervios T7-T12 se dividen en dos ramas. Una de las ramas
recorre a lo largo del margen costal cartilaginoso y termina en la
pared del tórax inervando el espacio intercostal interno. Estas ra-
mas intercostales están relativamente bien protegidas por debajo
de los márgenes condrocostales. La otra rama abdominal atravie-
sa el margen costal cartilaginoso y penetra en el espacio entre el
oblicuo menor y el transverso.
Cuando los nervios se acercan a la línea semilunar, atraviesan
la vaina posterior del recto levemente medial a su margen lateral
para inervar el músculo recto. Esta columna lateral de perforantes
debe preservarse cuando se realice una separación posterior de
componentes.
Los dos nervios abdominogenitales (iliohipogástrico e ilioinguinal)
proporcionan inervación sensitiva a la zona de la pared abdominal,
comprendida entre la parte inferior de la fosa ilíaca, la región inguinal
y la parte externa de los órganos genitales. La rama motora del nervio
iliohipogástrico alcanza la parte inferior del recto y el piramidal, mien-
tras que la del nervio ilioinguinal termina en los músculos laterales.
El nervio genitofemoral se origina en el primer y segundo nervio
lumbar y contribuye a la innervación sensitiva de la raíz de los
órganos genitales, siendo el nervio motor del cremáster.
El nervio cutáneo femoral lateral o femorocutáneo que se origina
en el segundo nervio lumbar no contribuye a la inervación super-
cial de la pared abdominal.
1.2. 1.2.
Fisiología de la pared abdominal
La pared abdominal forma un complejo miofascial que puede resistir
las variaciones continuas en la presión abdominal. Las fascias de los
Manual de Cirugía de Pared Abdominal Compleja
8
músculos son responsables de la continencia de la pared abdominal
en reposo, mientras que la contracción muscular es responsable de
proteger el abdomen de los cambios bruscos de presión abdominal.
La pared abdominal debe considerarse como un sistema funcio-
nal unitario. Andrés de Laguna escribió en 1535 que “esta pa-
red del cuerpo está compuesta de ocho músculos mediante los
cuales sujeta, mantiene, prepara, expulsa y realiza muchas otras
funciones”
(Tabla 1.6).
1.2.1. Protección
La musculatura de ambos lados de la pared abdominal trabaja
sinérgicamente con sus aponeurosis, conteniendo y protegiendo
las vísceras abdominales. También mantiene la correcta posición
antigravitatoria.
1.2.2. Acciones corporales
Este sistema músculo-aponeurótico participa en varias funciones:
Flexión, extensión y rotación del tronco. En asociación con el
diafragma, dorsal ancho, trapecio, iliopsoas y cuadrado lum-
bar, combina los movimientos de las partes superior e inferior
del cuerpo.
Incremento de la presión abdominal por medio de la contrac-
ción muscular:
- Micción.
- Defecación.
- Tos.
- Valsalva.
- Parto.
Estabilización de la pelvis. Junto con el psoas y el cuadrado
lumbar, el recto estabiliza la pelvis durante la actividad de
caminar, correr o saltar.
1.2.3. Respiración
Junto con el diafragma, los músculos de la pared abdominal tra-
bajan como una unidad funcional en la respiración. La contracción
muscular abdominal empuja las vísceras hacia arriba y participa en
la espiración, tanto en reposo como en espiración forzada. El com-
ponente más esencial es el músculo transverso, que actúa como
antagonista del diafragma. Mientras que el diafragma se contrae en
la inspiración, los músculos de la pared abdominal se relajan, y vi-
ceversa. De esta manera, el diafragma y la musculatura de la pared
trabajan de forma antagónica durante la respiración, excepto en la
tos u otras actividades que requieren una elevación de la presión
Tabla
1.6.
Resumen de la musculatura de la pared abdominal
Nombre Origen Inserción Inervación Función
Músculo recto
del abdomen
Super cie ventral
de los cartílagos costales
de la 5ª a la 7ª costilla
Apófi sis xifoides
Pubis y sínfi sis del pubis Nervios intercostales
del 7º al 12º
Flexión del tronco, descenso
del tórax y elevación
de la pelvis
Comprime el abdomen
Músculo piramidal Superfi cie ventral del pubis Línea alba, entre
el ombligo y la sínfi sis
del pubis
Nervio subcostal Tensa la línea alba
Músculo oblicuo
externo
del abdomen
Super cie externa
de la 5ª a la 12ª costilla
Vaina del músculo recto
y línea alba
Labio externo de la cresta
ilíaca
Nervios intercostales
del 5º al 12º
Descenso del tórax, rotación
del tronco y fl exión lateral
Comprime el abdomen
Músculo oblicuo
interno
del abdomen
Fascia toracolumbar, cresta
ilíaca y ligamento inguinal
Vaina del músculo recto
del abdomen y de la 10ª
a la 12ª costilla
Nervios intercostales
del 8º al 12º, iliohipogástrico
e ilioinguinal
Descenso de las costillas
y fl exión ventral y lateral
del tronco
Comprime el abdomen
Músculo transverso
del abdomen
Cara interna de la 7ª a la 12ª
costilla, fascia toracolumbar,
cresta ilíaca y ligamento
inguinal
Línea alba; por encima
de la línea arqueada forma
la hoja posterior de la vaina
de los rectos; por debajo,
forma la cara anterior
de la vaina
Nervios intercostales
del 7º al 12º
Nervios iliohipogástrico,
ilioinguinal y genitofemoral
Contrae y tensa la pared
abdominal
Comprime el abdomen
Músculo
psoas-ilíaco
Fosa ilíaca/cuerpo y apófi sis
transversas
1ª a la 4ª vértebras lumbares
Trocánter menor Nervio femoral/plexo lumbar Flexión, rotación externa
e interna del muslo
Músculo cuadrado
lumbar
Cresta ilíaca, apófi sis
transversas de las vértebras
lumbares
12ª costilla y apófi sis
transversas de las vértebras
lumbares
Nervios intercostales 7º
al 12º, iliohipogástrico,
ilioinguinal y genitofemoral
Descenso de las costillas,
exión lateral
Diafragma
Cuerpos vertebrales, discos
intervertebrales
y ligamentos arqueados
de las vértebras lumbares 1ªa la3ª
7º al 12º arcos costales, esternón
Centro tendinoso Nervio frénico Pared de separación
muscular, en cúpula, entre
las cavidades torácica
y abdominal
Respiración
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CAPÍTULO
0101
Anatomía y siología de la pared abdominal
abdominal, en los que trabajan sinérgicamente. De hecho, la con-
tracción voluntaria de la pared abdominal bloquea la respiración.
1.2.4. Funciones específicas
Los músculos oblicuo externo e interno son tensores de la pared
abdominal y depresores costales: su gran contribución es la pro-
tección de las vísceras abdominales y la ayuda en la exión y ro-
tación del tronco.
El músculo transverso es también tensor de la pared y depresor
costal. Participa en la espiración.
El músculo recto es tensor y actúa de fl exor del tronco. Contribu-
ye a la estabilización de la pelvis al caminar, protege las vísceras
abdominales y participa activamente en la espiración forzada.
El músculo piramidal en un tensor de la línea alba.
El cuadrado lumbar fl exiona la columna en el mismo lado.
El psoas mayor exiona y gira el muslo lateralmente, e inclina la
columna lateralmente.
El diafragma es el músculo respirador principal. Se aplana duran-
te la contracción para aumentar las dimensiones del tórax.
En la región inguinal, el arco mioaponeurótico del transverso y
oblicuo interno protege la pared posterior del canal inguinal.
1.2.5. Consecuencias de los defectos
grandes de la pared abdominal
La primera consecuencia de la pérdida de continencia abdominal
es la falta de protección visceral y el descenso de la presión ab-
dominal.
En presencia de un defecto grande de pared, se forma una
segunda cavidad con consecuencias viscerales, respiratorias,
vasculares y vertebrales. La aparición de esta segunda cavidad
también se ha conocido como pérdida del derecho a domicilio o
volet abdominal.
La modifi cación del sinergismo hace que las hernias incisionales
grandes puedan considerarse como una enfermedad respiratoria
con problemas en la ventilación, difusión y perfusión.
La separación mecánica de los músculos también ocasiona deterio-
ro muscular y de sus fascias, provocando atrofi a muscular y brosis.
La alteración en la vascularización de las vísceras puede producir
difi cultad del retorno venoso en cava y a nivel portal.
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anatomía y fisiología d la pared abdominal.pdf
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