
infraescapular y lumbar. La columna vertebral y sus accidentes óseos constituyen una
referencia importante de los niveles en los que se localizan órganos y estructuras del cuerpo.
Existen dos regiones de transición entre el miembro superior y el dorso: la región deltoidea y
la porción lateral de la región pectoral.
Anatomía proyectiva
Partiendo de la región dorsal se pueden ubicar estructuras anatómicas profundas, tomando
puntos de referencia óseos y blandos, localizables desde la superficie o palpables.
Los extremos de las apófisis espinosas pueden palparse en la línea media posterior, entre los
relieves de los músculos propios del dorso, situados a ambos lados de ellas. La flexión de la
columna favorece la palpación y la visualización de las apófisis espinosas.
En las vértebras cervicales las apófisis espinosas son profundas y por lo tanto difíciles de
reconocer por arriba de la sexta vértebra cervical. La apófisis espinosa de la séptima vértebra
cervical (vértebra prominente) produce una fuerte saliente que también es visible, sobre todo
con la flexión del cuello.
La exploración clínica de la línea media permite reconocer deformaciones y puntos dolorosos,
localizando el nivel de la vértebra en la que asienta la lesión. Los extremos de las apófisis
espinosas torácicas, debido a su dirección oblicua, se ubican al nivel de los cuerpos de las
vértebras inmediatamente inferiores.
La localización de los espacios interespinosos se emplea para ubicar el acceso al conducto
vertebral a través de los ligamentos amarillos. Este acceso se emplea en la punción lumbar
para llegar a la cisterna lumbar y para la inyección de drogas anestésicas en el espacio
epidural. Introduciendo una aguja a través del hiato sacro se puede llegar al conducto sacro.
A nivel del sacro, en la línea media posterior, se palpa la cresta sacra media. En esta región
se pueden producir escaras en las personas inmovilizadas en decúbito dorsal por largo tiempo,
debido a la escasa cantidad de tejido adiposo en el tejido subcutáneo.
La cara anterior de las vértebras no es palpable desde la superficie. Se puede llegar por tacto
intrabucal a la cara anterior del atlas y del axis. El tacto rectal permite la exploración de la cara
anterior del sacro. Mediante el tacto vaginal puede palparse el promontorio.