posición sedente. En el primer sistema, las trabéculas se pierden normalmente en la parte posterosuperior del
acetábulo. En el segundo sistema, descienden casi en vertical hasta la tuberosidad isquiática (Latarjet; Rouvière y
Delmas). J. Delmas ha demostrado que estas trabéculas están dispuestas según las leyes de la estratigrafía.
J
OSIFICACIÓN.
El hueso coxal se desarrolla a partir de tres centros de osificación primarios y varios centros
secundarios (fig. 236). Los tres centros primarios aparecen de forma sucesiva del segundo al quinto mes y constitu-
yen el ilion, el isquion y el pubis respectivamente. Estos tres centros invaden el acetábulo, donde se hallan origina-
riamente separados unos de otros por unos tabiques cartilaginosos dispuestos en forma de estrella de tres puntas.
Se forman centros de osificación secundarios para la cresta ilíaca, la espina ilíaca anterior inferior, la espi-
na ciática, la tuberosidad isquiática, el ángulo del pubis, el tubérculo púbico y el acetábulo.
Estos últimos son denominados centros del acetábulo (Perna). Se dividen en centros acetabulares anterior, pos-
terior y superior. Aparecen entre el octavo y el décimo año. El centro acetabular anterior se desarrolla a partir de la
rama anterior de la estrella cartilaginosa acetabular citada con anterioridad. Forma principalmente el hueso aceta-
bular, al que se pueden unir algunos centros secundarios. El centro acetabular posterior es resultado de la reunión de
varios centros de osificación que se desarrollan a partir de la rama posterior de la estrella cartilaginosa acetabular.
Por último, el centro acetabular superior se forma en la parte superior del borde acetabular cartilaginoso.
Los centros acetabulares se unen al resto del hueso a partir de los 16 años.
Los demás centros secundarios aparecen de los 14 a los 15 años y se sueldan con los centros primarios en-
tre los 15 y 20 años. Sin embargo, el centro secundario de la cresta ilíaca se une al ilion entre los 20 y 25 años.
El centro de osificación del tubérculo púbico, que constituye el hueso marsupial, se suelda al del ángulo an-
tes de su unión con el pubis.
7 II. ESQUELETO DEL MUSLO 0
FÉMUR
El fémur es un hueso largo que forma por sí solo el esqueleto del muslo. Se articu-
la superiormente con el hueso coxal e inferiormente con la tibia. En posición vertical,
el fémur se orienta oblicuamente de superior a inferior y de lateral a medial. Esta
oblicuidad es más acentuada en la mujer que en el hombre, lo cual se debe a que en
la mujer la pelvis es más ancha y los acetábulos se hallan más separados.
El fémur
presenta también una curvatura de concavidad posterior y una torsión sobre su eje
longitudinal de tales características que el eje mayor transversal del extremo superior,
ligeramente oblicuo en sentido medial y anterior, forma con el del extremo inferior,
que es casi transversal, un ángulo agudo abierto medialmente.
Describiremos en el fémur un cuerpo y dos extremos.
A A. Cuerpo
El cuerpo es prismático triangular. Tiene tres caras y tres bordes.
J
CARAS.
Hay tres: anterior, posterolateral y posteromedial.
1. Cara anterior. La cara anterior es convexa y lisa, y en ella se insertan los múscu-
los vasto intermedio y articular de la rodilla (figs. 237 y 238).
2. Cara posterolateral. Esta cara es ancha, excavada en canal en su parte media y
convexa y afilada en sus extremos. En ella se inserta el músculo vasto intermedio (figs. 239
y 240).
ESQUELETO DEL MIEMBRO INFERIOR
ESQUELETO DEL MUSLO
328
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ESQUELETO DEL MIEMBRO INFERIOR
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329
Tubérculo pretrocantérico
Trocánter mayor
Cabeza
del fémur
Impresión
ilíaca
Cuello
del fémur
Línea
intertrocantérica
Trocánter menor
Cara ant.
Fosa
supratroclear
Epicóndilo med.
Cara rotuliana
Epicóndilo lat.
M. piriforme
M. glúteo
menor
M. vasto lat.
M. iliopsoas
M. vasto med.
M. vasto intermedio
M. articular
de la rodilla
M. aductor
mayor
Fig. 237
Fémur (visión anterior). Fig. 238
Fémur (visión anterior). Inserciones musculares.
ESQUELETO DEL MIEMBRO INFERIOR
ESQUELETO DEL MUSLO
330
M. glúteo medio
M. cuadrado
femoral
M. iliopsoas
M. aductor corto
M. aductor mayor
M. pectíneo
M. vasto med.
M. glúteo mayor
M. aductor corto
M. vasto intermedio
M. aductor largo
M. aductor mayor
M. vasto intermedio
M. plantar
Cabeza med.
del m. gastrocnemio
Cabeza lat.
del m. gastrocnemio
M. aductor mayor
M. poplíteo
Cabeza corta del
m. bíceps femoral
(medialmente)
M. vasto lat.
(lateralmente)
Fig. 240
Fémur (visión posterior). Inserciones musculares.
Cabeza del fémur
Cuello del fémur
Cresta del
m. glúteo medio
Trocánter mayor
Cresta
intertrocantérica
Trocánter menor
Tuberosidad glútea
Cresta del m. aductor corto
Línea pectínea
Cresta del m. vasto med.
Cara lat.
Línea áspera
Cara med.
Cara poplítea
Tubérculo supracondíleo lat.
Tubérculo supracondíleo med.
Tubérculo del m. aductor
Cóndilo lat.
Fosa intercondílea
Cóndilo med.
Fig. 239
Fémur (visión posterior).
3. Cara posteromedial. Al igual que la anterior, se estrecha en sus extremos. Se
halla desprovista de toda inserción muscular.
J
BORDES.
Las caras están separadas por tres bordes: lateral, medial y posterior.
1. Bordes lateral y medial. Ambos son redondeados y se confunden con las caras
que separan.
2. Borde posterior. Este borde es saliente, grueso y rugoso; se designa con el nom-
bre de línea áspera. En la línea áspera se reconoce un labio lateral en el que se fija el
músculo vasto lateral, un labio medial en el que se inserta el músculo vasto medial, y
un intersticio en el que se fijan los músculos aductores y la cabeza corta del músculo
bíceps femoral (figs. 239 y 240).
Superiormente, la línea áspera se divide en tres ramas: lateral, medial y media. Las ra-
mas lateral y medial son continuación de los labios lateral y medial de la línea áspera
(Hovelacque) y la rama media comienza en el intervalo que separa esos dos labios (figu-
ras 239 y 241).
La rama lateral o tuberosidad glútea se dirige hacia el trocánter mayor; en ella
se fijan el músculo glúteo mayor y el fascículo superior del músculo aductor mayor; ha-
cia la parte media de esta cresta se observa, aproximadamente en una tercera parte de los
casos, un abultamiento más o menos voluminoso, homólogo al tercer trocánter de cier-
tos mamíferos.
La rama media o línea pectínea está destinada a la inserción del múscu-
lo pectíneo y se dirige hacia el trocánter menor.
La rama medial o cresta del músculo vas-
to medial rodea la cara posteromedial del fémur, pasando inferiormente al trocánter me-
nor, y se continúa en la cara anterior del hueso con el nombre de línea intertrocantérica.
No es raro encontrar una cuarta cresta de división de la línea áspera que se extien-
de lateralmente a la línea pectínea (figs. 239 y 241) y en la que se inserta el músculo
aductor corto, por lo cual puede denominarse cresta del aductor corto.
Inferiormente, la línea áspera se divide en dos ramas, una lateral y otra medial, que
se denominan líneas supracondíleas lateral y medial. Son continuación de los labios late-
ral y medial de la línea áspera (Hovelacque) y se dirigen hacia los cóndilos lateral y
medial del extremo inferior del fémur. Limitan entre sí un espacio triangular de base
inferior, la cara poplítea (fig. 239).
El agujero nutricio principal del hueso se encuentra sobre la línea áspera, en con-
creto hacia su parte media o más superiormente; también puede hallarse en un pun-
to de la cara posteromedial del hueso, siempre cercano a la línea áspera.
A B. Extremo superior
El extremo superior comprende: a) una eminencia articular denominada cabeza del
fémur; b) dos eminencias rugosas, el trocánter mayor y el trocánter menor, y c) un segmen-
to cilíndrico denominado cuello del fémur, que une la cabeza del fémur a los trocánteres
y al cuerpo del fémur (figs. 237, 239 y 241).
a) CABEZA DEL FÉMUR. La cabeza del fémur es una eminencia lisa y esférica que represen-
ta aproximadamente dos tercios de una esfera de 20 a 25 mm de radio. Se orienta supe-
rior y medial y un poco anteriormente. Está circunscrita por una línea sinuosa compues-
© MASSON, S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.
ESQUELETO DEL MIEMBRO INFERIOR
ESQUELETO DEL MUSLO
331
ta por varias curvas, que son generalmente dos, una superior y otra inferior. Ambas líneas
orientan su concavidad lateralmente y se unen anterior y posteriormente, formando un
ángulo agudo abierto en sentido medial. El resultado es que la superficie articular se ex-
tiende más lejos sobre el cuello anterior y posteriormente que superior e inferiormente.
La cabeza del fémur
presenta, un poco infe-
rior y posteriormente a
su centro, una depresión
denominada fosita de la
cabeza fémur (fig. 241).
Esta fosita es rugosa y
anteriormente está per-
forada por varios aguje-
ros vasculares, y da in-
serción al ligamento de
la cabeza del fémur. Es
lisa en su parte posterior,
que se halla sólo en con-
tacto con este ligamento.
b) TROCÁNTER MAYOR. Se
trata de una eminencia
cuadrangular, aplanada
de lateral a medial y si-
tuada en la prolongación
del cuerpo del hueso.
La cara lateral del tro-
cánter mayor es convexa
y se halla recorrida de su-
perior a inferior y de pos-
terior a anterior por un
relieve saliente y rugoso,
en forma de coma de ex-
tremo superior grueso,
denominado cresta o im-
presión de inserción del
músculo glúteo medio.
La
cara medial se halla unida en casi toda su extensión al cuello del fémur; está libre tan sólo
superior y posteriormente, donde se halla excavada por una depresión profunda deno-
minada
fosa trocantérea o fosa trocantérica (fig. 241), en cuyo fondo se fija el músculo ob-
turador externo. Inmediatamente superior y anterior a ella se halla la impresión de in-
serción de los músculos obturador interno y gemelos.
El borde inferior está señalado so-
bre la cara lateral por una cresta casi horizontal y poco prominente denominada cresta del
músculo vasto lateral.
El borde superior presenta hacia su parte media la superficie de in-
ESQUELETO DEL MIEMBRO INFERIOR
ESQUELETO DEL MUSLO
332
Fosita
pretrocantérica
Cresta del
m. vasto med.
Fosita de la cabeza del fémur
Cabeza del fémur
Carilla de inserción
del m. piriforme
Trocánter mayor
Impresión del
m. obturador int.
y de los mm. gemelos
Línea
intertrocantérica
Fosa trocantérica
Trocánter menor
Cresta del m. glúteo
mayor
Cresta del m. aductor corto
Línea pectínea
Fig. 241
Extremo superior del fémur (visión posterior).
serción, elíptica y ligeramente deprimida, del músculo piriforme.
El borde anterior, de-
nominado también cara anterior, es ancho y rugoso; en él se inserta el músculo glúteo
menor. En su ángulo superomedial se observa un pequeño saliente redondeado deno-
minado tubérculo pretrocantérico (fig. 237).
El borde posterior es saliente, ancho y redon-
deado, y presenta continuidad con la cresta intertrocantérica.
c) TROCÁNTER MENOR. Se trata de una apófisis cónica situada en la unión del cuello
con la cara posteromedial del cuerpo.
En él se inserta el músculo iliopsoas (figs. 237 a 241).
Línea y cresta intertrocantéricas.
El trocánter mayor y el trocánter menor están
unidos anterior y posteriormente por dos relieves rugosos: la línea intertrocantérica y
la cresta intertrocantérica (figs. 237 a 241).
La línea intertrocantérea o línea intertrocan-
térica se extiende desde el tubérculo pretrocantérico hasta el trocánter menor, del cual
queda separada por una depresión poco profunda denominada fosita pretrocantérica
inferior, que se continúa más inferiormente con la línea de trifurcación medial de la
línea áspera. Algunos autores describen, en el extremo inferior de la línea intertro-
cantérica, un tubérculo pretrocantérico inferior, determinado por la inserción del fas-
cículo inferior del ligamento iliofemoral. Normalmente, no existe un tubérculo pre-
trocantérico inferior definido con claridad. Sin embargo, no es raro observar que las
rugosidades de la línea intertrocantérica se vuelven más prominentes a la altura de la
fijación del fascículo inferior del ligamento iliofemoral.
La cresta intertrocantérea o cresta intertrocantérica es más saliente y ancha que la línea
intertrocantérica; es continuación del borde posterior del trocánter mayor y se une in-
feriormente al trocánter menor.
En su parte lateral desciende verticalmente una superficie rugosa y estrecha, que
inferiormente se sitúa lateral a la cresta intertrocantérica: es la impresión de inserción
del músculo cuadrado femoral.
d) CUELLO DEL FÉMUR. El cuello del fémur se extiende desde la cabeza del fémur a los tro-
cánteres y a la línea y cresta intertrocantéricas. Está orientado oblicuamente de supe-
rior a inferior y de medial a lateral; su eje mayor forma con el del cuerpo del fémur un
ángulo de aproximadamente 130°. El cuello del fémur presenta la forma de un cilindro
aplanado de anterior a posterior, estrecho medialmente y ensanchado lateralmente. Se
pueden así observar dos caras (una anterior y otra posterior), dos bordes y dos extremos.
La cara anterior (fig. 237) es casi plana; se orienta en sentido anterior y muy ligera-
mente inferior. Esta cara presenta muy a menudo, en su parte superomedial, concre-
tamente en la unión de las dos líneas curvas que limitan la superficie articular, una
superficie irregular que protruye sobre la cara anterior del cuello y se halla bordeada
muy a menudo por una cresta lateral. Esta superficie, descrita originariamente por
Bertaux y denominada por Poirier
impresión ilíaca, parece ser el resultado de la pre-
sión ejercida en ese punto, en posición sedente, por el rodete acetabular de la articu-
lación (Poirier).
La
cara posterior del cuello es convexa de superior a inferior y cóncava transversal-
mente; presenta una orientación posterior y ligeramente superior, a la inversa de la
cara anterior.
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ESQUELETO DEL MIEMBRO INFERIOR
ESQUELETO DEL MUSLO
333
El borde superior es ligeramente cóncavo y se extiende casi en horizontal desde la ca-
beza hasta el trocánter mayor.
El borde inferior, también cóncavo transversalmente, es más largo que el precedente
y se dirige oblicuamente de superior a inferior y de medial a lateral.
El extremo medial corresponde al perímetro de la cabeza del fémur.
El extremo lateral se une a los trocánteres y a la línea y cresta intertrocantéricas.
A C. Extremo inferior
El extremo inferior es volu-
minoso y se extiende más trans-
versalmente que en sentido an-
teroposterior. Se divide en dos
eminencias articulares laterales
denominadas cóndilos, separadas
entre sí posteriormente por una
depresión profunda denomina-
da fosa intercondílea.
J
CÓNDILOS FEMORALES.
Los
cóndilos son dos, uno medial y
otro lateral. El medial está nota-
blemente proyectado en sentido
medial al eje del fémur; además,
es más estrecho que el lateral.
Los cóndilos presentan una
cara inferior, una cara posterior
y dos caras colaterales.
1. Caras inferior y posterior. Están ocupadas por una superficie articular que co-
rresponde a la rótula y a la tibia. En esta superficie articular se distinguen dos partes:
anteriormente la cara rotuliana y posteriormente los cóndilos propiamente dichos
(figs. 237 y 239).
La cara rotuliana o tróclea femoral está separada de los cóndilos propiamente dichos
por dos depresiones denominadas ranuras condilotrocleares, que se extienden oblicua-
mente de anterior a posterior desde el borde lateral de cada cóndilo hasta el extremo
anterior de la fosa intercondílea. La ranura medial es ligeramente más anterior que la
lateral
(fig. 289).
La cara rotuliana se compone de dos vertientes laterales convexas, unidas por una
garganta anteroposterior y roma. La vertiente lateral es más extensa, ancha y saliente
anteriormente que la vertiente medial.
Los
cóndilos propiamente dichos son la continuación posterior de las vertientes de la
cara rotuliana, y están separados entre sí por una depresión ancha y profunda deno-
minada
fosa intercondílea, que reemplaza la garganta de la tróclea de la cara rotuliana. Se
incurvan posterior y superiormente y ocupan la totalidad de la cara posterior. Los cón-
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ESQUELETO DEL MUSLO
334
Tubérculo del aductor
Epicóndilo med.
Impresión del lig.
colateral tibial
Fig. 242
Extremo inferior del fémur (visión medial).
dilos describen una curva espiral cuyo radio de curvatura disminuye de anterior a pos-
terior. La superficie del cóndilo medial es 2 cm más larga que la del cóndilo lateral.
La fosa intercondílea es irregular y rugosa; se halla perforada por agujeros vasculares
y presenta, sobre sus caras lateral y medial, las impresiones de inserción de los liga-
mentos cruzados de la rodilla.
En la cara anterior del extremo inferior se observa, superior a la cara rotuliana,
una superficie ligeramente deprimida de forma triangular: la fosa supratroclear. La fosa
supratroclear corresponde, durante la extensión, a la parte superior de la rótula.
El extremo inferior del fé-
mur presenta también en su
cara posterior, en sentido li-
geramente superior a cada
cóndilo, unas rugosidades
más o menos prominentes
denominadas tubérculos su-
pracondíleos medial y lateral
(fig. 243). En estos tubérculos
se insertan ciertos fascículos
de las cabezas del músculo
gastrocnemio. Presentan un
desarrollo muy variable y
pueden hallarse ausentes.
2. Caras colaterales. Estas
dos caras presentan una apa-
riencia diferente en cada cón-
dilo.
En el cóndilo medial (figu-
ra 242) se observa: a) hacia su
parte media, una eminencia
que finaliza en una arista vertical, el epicóndilo medial; b) en la vertiente posterior del epi-
cóndilo medial, una depresión que constituye la impresión de inserción del ligamento co-
lateral tibial de la articulación de la rodilla;
c) superior y posteriormente a esta impresión,
en el extremo inferior de la línea supracondílea medial de la línea áspera, una eminencia
muy prominente, el
tubérculo del aductor, y d) inferior y posteriormente a este tubérculo, una
depresión rugosa destinada a la inserción de la cabeza medial del músculo gastrocnemio.
En el
cóndilo lateral (fig. 243) se observa: a) hacia su parte media, el epicóndilo lateral,
que es menos saliente que el epicóndilo medial; b) inferior y posteriormente al epicón-
dilo lateral, una depresión que se extiende a lo largo del borde inferior de la cara lateral,
en la cual se fija el tendón del músculo poplíteo, y
c) superior y posteriormente al epi-
cóndilo lateral, una depresión en la que se inserta la cabeza lateral del músculo gastroc-
nemio. Entre esas dos fosas se encuentra una eminencia horizontal, la parte anterior de
la cual está marcada por la impresión de inserción del ligamento colateral peroneo.
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335
Tubérculo supracondíleo lat.
Tubérculo supracondíleo med.
Surco poplíteo
Tubérculo del aductor
Cóndilo med.
Fosa
intercondílea
Cóndilo lat.
Epicóndilo lat.
Fosa de la cabeza lat.
del m. gastrocnemio
Fig. 243
Extremo inferior del fémur (caras lateral y posterior).
Surcos supracondíleos y rampas capsulares (Chevrier).
Se
observa en cada cóndilo, a lo largo de su límite inferior, un
surco laterosupracondíleo curvo, cuya profundidad disminuye
de posterior a anterior. Este surco se halla limitado superior-
mente por una cresta, denominada rampa capsular, en la cual se
inserta la cápsula articular.
El surco y la rampa se hallan menos definidos en el cóndilo
medial que en el lateral.
J
ARQUITECTURA.
Como todos los huesos largos, el cuerpo del fémur está
formado por una vaina gruesa de tejido óseo compacto que envuelve la cavidad
medular. Suele terminar inferiormente a la altura de la bifurcación de la línea ás-
pera, y superiormente a nivel del trocánter menor. Los extremos del fémur se com-
ponen de tejido óseo esponjoso envuelto por una lámina de tejido óseo compacto.
La vaina compacta presenta, en la parte inferior del cuello del fémur, un engrosa-
miento denominado originariamente por Rodet lámina ósea subtrocanteriana.
Las trabéculas de tejido óseo esponjoso están dispuestas de manera que ofre-
cen la mayor resistencia posible a las presiones experimentadas por los extre-
mos óseos. Así pues, en el extremo superior se observa un sistema de trabéculas
implantadas oblicuamente sobre la pared compacta del cuello, que se entrecruzan
en ojiva en la unión del cuello con la cabeza, prosiguen su trayecto y terminan
en la superficie articular siguiendo la dirección de los radios de la superficie esfé-
rica. Culman y H. Meyer han demostrado que esta estructura obedece a las le-
yes de la estratigrafía.
J
OSIFICACIÓN
(fig. 244). El fémur se desarrolla a partir de cinco centros de
osificación: uno primario y cuatro secundarios. El centro primario forma el
cuerpo del fémur y aparece al inicio del segundo mes de vida fetal.
Los cuatro centros secundarios están destinados a la cabeza del fémur, al tro-
cánter mayor, al trocánter menor y al extremo inferior del fémur. Este último centro
comienza a formarse algunos días antes del nacimiento y mide, en el feto a término,
de 4 a 8 mm de longitud. Este dato se ha utilizado en medicina legal y forense para
determinar la edad de cadáveres de recién nacidos. El centro de osificación de la
cabeza del fémur aparece de los 6 meses a los 2 años, el del trocánter mayor de los
3 a los 6 años y el del trocánter menor de los 7 a los 11 años (Puyhaubert).
Los centros epifisarios superiores se unen a la diáfisis de los 16 a los 18 años; los del extremo inferior se
sueldan al cuerpo del hueso de los 18 a los 24 años.
RÓTULA
La rótula, situada en la parte anterior de la rodilla, es un hueso sesamoideo desa-
rrollado en el tendón del músculo cuádriceps femoral.
Es triangular de base superior y aplanada de anterior a posterior. Se describen en
ella dos caras (una anterior y otra posterior), una base superior, un vértice inferior y
dos bordes (uno lateral y otro medial).
1. Cara anterior. Es convexa y se halla perforada por numerosos agujeros vascula-
res; presenta surcos verticales ocasionados por el paso de los fascículos más anteriores
del tendón del músculo cuádriceps femoral (fig. 245).
ESQUELETO DEL MIEMBRO INFERIOR
ESQUELETO DEL MUSLO
336
Fig. 244
Centros de
osificación del fémur.
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