
Por siempre Alice, nos describe la vida de Alice Howland, una mujer de 50 años profesora de
lingüística de la Universidad de Columbia, con una familia constituida y tres hijos adultos. Son unos
padres exitosos, dedicados a la ciencia, docencia e investigación, ella con una vida acelerada, en
constantes conferencias y clases, que sin duda se destaca en lo que hace.
Alice se preocupa debido que presenta dos episodios que nos indican un declive cognitivo leve,
el primer episodio preocupante fue cuando estaba dando una conferencia en UCLA y olvida una idea que
quería expresar y no pudo recordar, algo extraño en una persona como ella acostumbrada a hablar en
público, observándose la pérdida de habilidades intelectuales previamente adquiridas como es la
memoria, la cual es característico en la demencia en este caso por enfermedad de Alzheimer. El segundo
incidente, ocurre cuando sale a correr en el campus de la Universidad, lugar que habitualmente visitaba,
presentando un cuadro de desorientación espacial, no sabe dónde se encuentra ni lo que hace ahí. Ella
consciente de lo que puede estar sucediendo comienza a hacer post que le recuerden algunas palabras,
reflejando la presencia de lenguaje empobrecido, anomía debido a que olvida palabras de objetos ya
conocidos.
Posteriormente Alice presenta un declive cognitivo moderado, específicamente la perdida de
memoria remota y reciente alterada, puesto que, en la cena de navidad, no logra recordar la receta de
budín de pan, la cual ya ha repasado minutos antes, pidiéndole a sus hijos que la dejen sola para poder
concentrarse. En la misma ocasión se presenta por segunda vez con la amiga de su hijo, hecho que causa
preocupación en su hija menor y que no pasa por desapercibido la situación. Preocupada por sus síntomas,
visita al neurólogo, quien, por medio de exámenes físicos, cognitivos y a nivel cerebral es diagnosticada
con la enfermedad congénita conocida como Alzheimer de inicio precoz. Le detectan regiones cerebrales
con alto nivel beta amiloide que se ha ido acumulando por varios años, comenzando un tratamiento
farmacológico para ayudar aliviar los síntomas. John su marido la acompaña en este proceso, pero con
mucha dificultad debido que no logra asumir lo que está sucediendo con su esposa, ella con mucha
preocupación les informa a sus hijos las probabilidades que estos poseen de tener la enfermedad y que
tienen la opción de realizar un examen genético, si desean saber, si poseen el gen, lo cual la deja devastada
emocional y anímicamente tanto a ella como a su familia. Los resultados dan positivo a Anna la hija
mayor, quien se encuentra en tratamiento de fertilidad y con quien solía mantener una excelente relación
filial, pero se ve afectada por este resultado ya que se aleja de la madre, y se ve un cambio drástico.
Durante las próximas semanas, se sigue viendo este declive cognitivo moderado. Alice se enfrenta
a las consecuencias que tiene su diagnóstico en su matrimonio, familia y carrera. La enfermedad
comienza a afectar de forma rápida e implacable, de forma sutil va perdiendo esa brillante capacidad
verbal y de diálogo, moviéndose hacia fases más lentas, reflexivas y humildes. El dar clases pasa a un
segundo plano, se imposibilita debido a la pérdida de funciones ejecutivas, lo que provoca quejas de parte
del alumnado, el cual manifiesta que sus clases son confusas, transmitidas con poca atención y
concentración, teniendo que explicar lo de su enfermedad al encargado. Poco a poco los olvidos y
confusiones de la vida diaria se convierten en abismos que la devoran, ella no quiere acompañar a su
marido a una cena de trabajo debido a sus síntomas, argumentando que se siente muy avergonzada, que
odia por lo que está pasando y que desearía tener cáncer para no sentirse una sociópata. Para ayudar su