Alcances y limitaciones de la analogía mente-computadora.
El modelo computacional de la mente, como su nombre lo indica, relaciona la forma en
cómo trabaja una computadora y la mente, incluso relaciona componentes de ambos: el software
como el cerebro y el hardware como la propia mente; entrada y salida de información como los
controles input-output; y la aparición de un nuevo concepto, la inteligencia artificial.
Partiendo de esta premisa se puede decir que entonces la mente “es capaz de recibir
información del medio, almacenarla, recuperarla y manipularla con propósitos de adaptación al
medio” (Echeverría, et al., 2015, p. 35). Pero entonces, ¿no estaríamos reduciendo las capacidades
de la mente a solo las de una computadora?
Observar el modelo desde esta definición limita a la mente, pues los procesos emocionales
quedan fuera. Sin embargo, nos sirve como un apoyo para su estudio y comprensión, pues aunque
en ocasiones resulte un poco cuadrado, el modelo sienta la base para desarrollar más
investigaciones sobre la mente al facilitar la comprensión de su “estructura”. Un campo en el que
esta analogía se desarrolla con mayor libertad es en la neurociencia; para los psiquiatras, psicólogos
y neurólogos de esta área es más fácil trabajar con la mente planteando los problemas desde un
punto de vista matemático o al trabajar sus hipótesis con un hardware.
Permitir esta visión de la mente como una computadora a abierto puertas a otros campos
de la ciencia para participar, ya que la mente dejo de verse solo como algo espiritual o
exclusivamente filosófico y dio entrada a una psicología “científica”.
Por el otro lado, en el libro Manual de introducción a la psicología cognitiva se menciona
a Jerome Bruner con una cita que refuta esta analogía al considerarla deshumanizante: “las
computadoras no crecen, así como tampoco pueden crear representaciones, significados, ni
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