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y otra vez cómo los adolescentes institucionalizan en la mente de los más chicos el ideal del
yo que estos deberían adoptar. Se los ve fumando marihuana y festejándose entre ellos por
ser “tan fuertes”, por “aguantar tanto” a tan temprana edad. El momento más claro y crudo de
esto es al final de la película: mientras Casper viola a Jennie, muestran cómo un niño que,
sentado junto a ellos en el sillón, observa la situación, perpetuando desde muy temprana edad
este rol en el cual el hombre, activo, es el propietario de la mujer, pasiva.
“La asimetría que caracteriza la relación de poder entre varones y mujeres” (Vega, Maza,
Roitman y Sanchez, 2015) atraviesa a través de toda la película, de una forma tan exacerbada
que hasta resulta crítica. Otra de las escenas de las que nos serviremos para exponer esto
es una que transcurre en una pileta, donde, mientras Telly intenta conquistar a una niña de
trece años, el resto del grupo de amigos nada. Allí, Harold y Casper le dicen a las chicas que
se besen entre ellas, ellas lo hacen y se ríen y ellos, una vez más demostrando lo que se
espera de la masculinidad, dicen que jamás podrían porque un beso entre amigos es “de
gay”. Les piden que lo repitan y Harold comienza a insistirle a Kim para que lo bese, “porque
ya estoy caliente” le dice mientras se abalanza sobre ella. Otra vez más se retrata la
cosificación de la mujer, y cómo este rol está tan internalizado en ambas partes que ellas
también son partícipes alienadas de reproducir este discurso con tal de agradarle a los
hombres y encajar en sociedad, “el ser humano nace entonces inmerso en una cultura que
indica también “cómo son y deben ser” los hombres y las mujeres, cómo deben comportarse
y relacionarse entre sí” (Vega, Maza, Roitman y Sanchez, 2015). Ellos las cosifican, una y
otra vez, haciendo comentarios sobre sus cuerpos como si fueran lo único que las mujeres
tienen para aportar, y ellas, como buenas mujeres que son, agradecen estos “cumplidos”.
En el vínculo social entre varones se festejan entre ellos estructurando su género y replicando
discursos del mismo para sostener sus subjetividades, se los puede ver en diferentes escenas
sosteniendo este ideal del “macho”, como por ejemplo cuando Casper tiene una discusión
con un chico en la plaza y sus amigos lo golpean con patinetas en la cabeza al punto de no
saber si se encuentra vivo o muerto, o cuando se cruzan con una pareja homosexual en la
plaza y comienzan a hostigarlos. En su afán por pertenecer y atravesados por lo que se
entiende como masculino, no pueden permitirse la “fragilidad” de perder una pelea o pasar
por desapercibido su repudio hacia la homosexualidad.
“Vivimos en un mundo regido por un sistema binario que se encarga de asignar roles
específicos para cada género, y una sociedad que se encarga de perpetuarlos” (Vega, Maza,
Roitman y Sanchez, 2015) donde se da una asimetría de poder entre hombres y mujeres por
completo innegable y más que bien representada durante la película. El desarrollo paralelo
de la feminidad y la masculinidad que se da en el transcurso de la misma es por demás