
Tomas Alvarez
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El potencial de acción que se registra en una fibra muscular ventricular es en promedio de
aproximadamente 105 mV, lo que significa que el potencial intracelular aumenta desde un valor muy
negativo, de aproximadamente –85 mV, entre los latidos hasta un valor ligeramente positivo, de
aproximadamente +20 mV, durante cada latido. Después de la espiga inicial la membrana permanece
despolarizada durante aproximadamente 0,2 s, mostrando una meseta, seguida al final de la meseta
de una repolarización súbita. La presencia de esta meseta hace que la contracción ventricular dure
hasta 15 veces más en el músculo cardíaco que en el músculo esquelético.
¿Qué produce el potencial de acción prolongado y la meseta?
Al menos dos diferencias importantes entre las propiedades de la
membrana del músculo cardíaco y esquelético son responsables del
potencial de acción prolongado y de la meseta del músculo cardíaco.
1) El potencial de acción del músculo esquelético está producido casi por
completo por la apertura súbita de grandes números de canales rápidos
de sodio que permiten que grandes cantidades de iones sodio entren en
la fibra muscular esquelética desde el líquido extracelular. A estos
canales se les denomina canales «rápidos» porque permanecen abiertos solo algunas milésimas
de segundo y después se cierran súbitamente. Al final de este cierre se produce la repolarización
y el potencial de acción ha terminado en otra milésima de segundo aproximadamente.
En el músculo cardíaco, el potencial de acción está producido por la apertura de dos tipos de
canales:
a. Los mismos canales rápidos de sodio activados por el voltaje que en el músculo
esquelético y
b. Otra población totalmente distinta de canales de calcio de tipo L; que también se
denominan canales de calcio-sodio. A diferencia de los canales rápidos de sodio, estos se
abren con mayor lentitud y permanecen abiertos durante varias décimas de segundo.
Durante este tiempo fluye una gran cantidad de iones tanto calcio como sodio a través
hacia el interior de la fibra muscular cardíaca, y esta actividad mantiene un período
prolongado de despolarización, dando lugar a la meseta del potencial de acción. Los iones
calcio que entran durante esta fase de meseta activan el proceso contráctil del músculo;
en el musculo esquelético, el calcio proviene del retico sarcoplásmico intracelular.
2) La segunda diferencia que ayuda a explicar tanto el potencial de acción prolongado como la
meseta en el musculo cardiaco, es la siguiente:
Inmediatamente después del inicio del potencial de acción, la permeabilidad de la membrana
del músculo cardíaco a los iones potasio disminuye aproximadamente cinco veces, un efecto
que no aparece en el músculo esquelético. La disminución de la
permeabilidad al potasio reduce mucho el flujo de salida de iones
potasio de carga positiva durante la meseta del potencial de acción y,
por tanto, impide el regreso rápido del voltaje del potencial de acción a
su nivel de reposo. Cuando los canales lentos de calcio-sodio se cierran
después de 0,2 a 0,3 s y se interrumpe el flujo de entrada de iones calcio
y sodio, también aumenta rápidamente la permeabilidad de la