Resumen:El chiste y su relación con lo inconsciente
El chiste y su relación con lo inconsciente es un artículo escrito por Sigumund Freud y publicado en
1905.
Contenido
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1 Introducción
2 La técnica del chiste
o 2.1 I
o 2.2 II
o 2.3 III
o 2.4 IV
o 2.5 V
o 2.6 VI
o 2.7 VII
o 2.8 VIII
o 2.9 IX
o 2.10 X
o 2.11 XI
o 2.12 XII
Introducción[editar]
Los criterios de los autores (Jean Paul, Theodor Vischer, Juno Fischer, Theodor Lipps) cuentan con los
siguientes criterios para definir al chiste y sus propiedades: actividad, referencia al contenido de nuestro
pensar, el carácter de juicio que juega, el apareamiento de lo desemejante, el contraste de
representación, el sentido en el “sin sentido”, la sucesión de desconcierto e iluminación, la rebusca de lo
escondido y el particular tipo de brevedad. Se trata de unos membra que nos gustaría ver ensamblados
en un todo orgánico. Nos falta en nexo que cabría suponer entre las distintas definiciones, y el
esclarecimiento sobre si él ha de llenar todas estas condiciones o le basta satisfacer sólo algunas, y en
tal caso, cuáles son subrogables y cuáles indispensables. Además nos gustaría un agrupamiento y
clasificación sobre la base de sus propiedades esenciales. ¿Merece el chiste semejante empeño?;
puedo invocar el hecho de la íntima concatenación de todo acontecer anímico, que de antemano
asegura su valor no despreciable para otros campos a cualquier discernimiento psicológico aún sobre
un campo distante.
La técnica del chiste[editar]
I[editar]
En la parte de sus “Estampas de viaje” tituladas “Los baños de Luca”, Heine delinea la figura de
Hirsch – Hyocinth, de Hamburgo, agente de lotería y pedicuro, que se gloría ante el poeta de sus
relaciones con el rico barón de Rothschild, y al final dice, “Y así, verdaderamente, señor doctor,
ha querido Dios concederme toda su gracia; tomé asiento junto a Salomón Rothschild y él me
trató como a uno de los suyos, por entero famillonarmente”. ¿Qué he convertido en chiste al dicho
de Hirsch – Hyocinth?: o lo que lleva el carácter de lo chistoso es el pensamiento expresado, o el chiste
adhiere a la expresión que lo pensado halló en la frase. Si hacemos una reducción obtenemos:
“Rothschild me trató como a uno de los suyos, de manera por entero familiar, o sea como lo hace un
millonario” (familiar tiene también el significado de perteneciente a la familia) “La condescendencia de un
hombre rico siempre tiene algo de molesto para quien la experimenta en sí”, agregaríamos.
En este ejemplo, el carácter de chiste no adhiere a lo pensado. Se lo ha de buscar en la forma, en el
texto de su expresión. No nos hace falta más que estudiar la peculiaridad de ese modo de expresión
para asir lo que puede designarse como la técnica en las palabras, o expresiva, de este chiste, y que
por fuerza ha de vincularse íntimamente a su esencia, pues tanto su carácter como su efecto de tal
desaparecen si sustituimos aquel modo por otro. ¿En qué consiste su técnica? Encontramos dos cosas:
en primer lugar se ha producido una considerable abreviación. En el chiste se ha perdido toda la
restricción que la segunda frase agrega a la primera (en la redacción) La frase perdida dejó un sustituto
a partir del cual se puede reconstruir. Se ha producido una segunda modificación. La palabra familiär
(familiarmente) fue transmudada en “familliomär” (famillonarmente); de este producto léxico depende su
carácter de chiste y su efecto risueño. La palabra neoformada coincide al comienzo con “familiär” de la
primera frase y al final con “millionär” de la segunda; subroga a millionär de la segunda, y por tal a toda
esta, habilitándonos para colegirla. Cabe distinguirlo como producto mixto de los dos componentes.
R. me trató de manera por entero familiär, o sea, todo lo que puede hacerlo un millionär.
Imaginemos una fuerza compresora y supongamos que por alguna razón la frase consecuente sea
la de menor resistencia. Esta es la constreñida a desaparecer, en tanto su componente más
importante, millionär, que fue capaz de revelarse a la sofocación, es introducido fusionado con el
elemento de la primera frase tan semejante a él. Se puede describir la técnica como una
condensación con formación sustitutiva, consistente, aquí, en una palabra mixta. Ahora es la
portadora del efecto por el cual el chiste hace reír. Pero, ¿hasta dónde un proceso de condensación
lingüística con formación sustitutiva mediante palabra mixta puede procurarnos placer y hacernos
reír? Problema diverso.
¿Hay dos ejemplos construidos con el familionar?, sí, pequeño grupo caracterizado por la formación
mixta. Hay otros casos en que como resultado del proceso condensador se observa no una
expresión mixta, sino algún otro cambio en la expresión. Ej. “He viajado con él tête-â-bête”, es decir,
“He viajado tête-â-tête con x, y x es una mala bestia (bîte) Esta técnica como condensación con
modificación leve.
“Sí, la vanidad es uno de sus cuatro talones de Aquiles”, es decir, “Y., salvo su vanidad es un
hombre sobresaliente; pero no me gusta nada; a pesar de ello es más una bestia que un hombre”.
Una complicación de esta técnica es que la sustitución se define como una alusión, pues sólo lleva
a él por un proceso de inferencia.
Tenemos entonces, condensación con información mixta, y condensación con modificación; ambas
formaciones sustitutivas, y, además, se puede concebir a la formación de una palabra mixta con
una modificación de la palabra base.
II[editar]
La verdad no es en sí chistosa. Aplicando el proceso reductivo hallamos que el chiste depende
sólo de la expresión en palabras producida por el proceso condensador. El interés se dirige a
este proceso, no alcanzamos a comprender cómo puede generarse desde él, lo valioso del
chiste, su ganancia de placer. Estos procesos se han encontrado también en el sueño;
productos mixtos de personas y objetos; y también prelabus (atodidasker = autodidakt + lasker);
a veces imágenes con una leve modificación.
III[editar]
El carácter que esperábamos pesquisar como universal ya falla en este curso “Vous m' avez fait
connáître un jeune homme roux et sot, mais non pas un Rousseau” (Usted me ha dicho conocer a
un joven pelirrojo y tonto, (Roux-sot), pero no un Rousseau) Aquí no hay omisión ni abreviación.
Enuncia entero su pensamiento. Adhiere a la homofonía Rousseau. A pesar de hacer un agregado,
no se lo cancela, lo cual demuestra la Roux sot demuestra la no contribución de la condensación
con formación sustitutiva. La técnica reside en que una y la misma palabra –el apellido– aparece en
acepción doble, una vez en su totalidad y luego dividida en sus sílabas. Hay otros ejemplos en que
un nombre recibe un trato así. La técnica no puede limitarse a este recurso. Hay un número de
posibilidades de explotar en una misma frase una misma palabra, o el mismo material de palabras
para su acepción múltiple. Puede tomarse el mismo material y alterar sólo su ordenamiento; o la
palabra de la que depende el chiste se usa una vez sin cambio y la otra con una leve modificación
(“su antisemitismo me era conocido; su antisemitismo es para mí algo nuevo”); se diferencian de los
otros con modificación en que no hay condensación. Otro ejemplo es el consabido: “Traduttore –
traditore”.
Las palabras son un plástico material con el que puede emprenderse toda clase de cosas. Otro
caso es el de palabras descoloridas que vuelven a recibir su significado pleno “¿cómo anda?, le
preguntó el ciego al paralítico, “como usted ve”, fue la respuesta de éste al ciego. Palabras que
pueden tomarse en diferente sentido, y en su acepción plena o vacía (sílaba final, sufijo descolorido
con igual sonido), homofonía. Los otros casos de acepción múltiple pueden reunirse también en
nuevo grupo, como de doble sentido. Tres subclases: doble sentido de un nombre y su significado
material “¡Descárgate de nuestra compañía, Pistol!” (Shakespeare); –incluso con leve
modificación–; doble sentido piamente entre significado material y metafórico; doble sentido dicho o
juego de palabras. Ej. el rey quería ser “suject” (asunto) de un chiste; el cortesano responde “Le roi
n' est pas sujet”, “sujet” es también súbdito. “La diferencia entre profesores extraordinarios y
ordinarios consiste en que los ordinarios no hace nada extraordinario y los extraordinarios, nada
ordinario.”
“Esta muchacha me hace acordar a Dreyfus, el ejército no cree en su inocencia. Sentido opuesto a
culpable, o sino uno sexual, cuyo opuesto es la experiencia sexual. Existen muchos chistes de
doble sentido en los que cuenta el sentido sexual. Son los de “equivocidad”. Hay otros en que el
sentido sexual de la palabra podría escaparse, y “se ha respaldado un poco”. También en chistes
sin sentido sexual en que los dos significados no nos resultan igualmente obvios. Son los casos de
doble sentido con alusión.
IV[editar]
La condensación:
Con formación de una palabra mixta.
Con modificación.
La múltiple acepción del mismo material:
Todo y parte.
Reordenamiento.
Modificación leve.
La misma palabra plena y vacía.
Doble sentido:
Nombre y significado material.
Significado metafórico y material.
Doble sentido propiamente dicho (juego de palabras)
Equivocidad.
Doble sentido con alusión.
Buscamos la unidad en la diversidad. El segundo grupo se asimila al segundo como doble sentido.
¿Cómo se subordina el primer grupo y el segundo? La acepción múltiple del mis material no es más
que un caso especial de condensación. Una tendencia al ahorro gobierna todas estas técnicas.
Ej., “C' est premier vol d l' aigle”. “Vol” significa tanto nulo como robo. Se ha condensado todo el
segundo pensamiento (sofocado); la palabra “vol” contiene el sustituto del pensamiento sin que por
eso le haga falta un añadido o cambio; en eso consiste el beneficio del doble sentido. “Frente de
hierro – caja de hierro – diadema de hierro”, qué ahorro extraordinario. En los primeros ejemplos en
que se echaba de menos la condensación, la tocamos por el concepto de ahorratividad, que la
comprende. Se ahorra priorizar una crítica, formular un juicio, pues ambas están dadas en el
nombre mismo. En otros se ahorra reformular el texto de la respuesta, es igual a la pregunta.
Un laconismo no es un chiste; debería ser una particular manera de ahorrar; mientras no lleguemos
a esa particularidad, tampoco asiremos lo común a las técnicas. El ahorro del chiste no nos
despierta gran impresión. ¿Acaso el gasto intelectual no cancela con creces el ahorro en palabras
manifestadas? ¿Quién es el que hace todo el ahorro, y a quién favorece éste? Mudemos la duda,
¿conocemos todas las técnicas?
V[editar]
Faltan los más numerosos, los retruécanos, que se caracterizan por causar poquísimo trabajo.
Menores exigencias a la técnica expresiva. Basta que dos palabras referidas a dos significados, se
evoquen una a la otra por alguna semejanza general de la estructura, por una asonancia al modo
de rima, comunidad de las consonantes explosivas, etc. Con particular preferencia modifica una de
las vocales de la palabra: “Y los países alemanes bendecidos, están ahora todos pervertidos”. Si en
el retruécano se resigna también la exigencia de acepción de múltiple sentido del mismo material, el
acento sigue recayendo en el reencuentro de lo ya consabido, en el acuerdo de las dos palabras
que sirven al retrécano, y así, esto no es sino una subespecie del grupo que alcanza su culminación
en el juego de palabras propiamente dicho.
VI[editar]
Hay otro grupo que no se muda a los anteriores. “Un pobre se granjea 25 florines de un conocido
suyo de un buen pasar, tras protestarle largo tiempo su miseria. Ese mismo día el benefactor lo
encuentra en el restaurante ante una fuente de salmón con mayonesa. Le reprocha: “¿Cómo?
Usted consigue mi dinero y le luego pide salmón con mayonesa. ¿Para esto ha usado mi dinero?” Y
el inculpado responde: “No lo comprendo a usted; cuando no tengo dinero, no puedo comer salmón
con mayonesa; cuando tengo dinero, no me está permitido comer salmón con mayonesa. Y
entonces, ¿cuándo comería yo salmón con mayonesa?”
“Ve usted, cómo el siglo XIX adora al becerro de oro” – dijo Soulié a Heine –. Con su mirada puesta
en el objeto de esa veneración, Heine respondió, como rectificándolo “¡Oh! Este ya no debe ser tan
joven”
Dos judíos se encuentran en las cercanías de la casa de baños.”¿Has tomado un baño?”, pregunta
uno de ellos. Y el otro responde “¿Cómo es eso? ¿Falta alguno?”
En el ejemplo del “salmón con mayonesa” ya no se encuentra sentido alguno. Y tampoco la
repetición de “salmón con mayonesa” puede contener la técnica del chiste, pues no es acepción
múltiple. El pobre responde con apariencia de razón, ¿cuándo comería entonces salmón? Pero esto
sin razón alguna. Su benefactor le reprocha no que se deleite con salmón justo el día en que le
pidió dinero, sino que le recuerda que en su situación no tiene ningún derecho a pensar en tales
manjares. Este sentido del reproche se omite, y entonces su respuesta se dirige a otra cosa, como
si hubiera incurrido en un malentendido. ¿Y si la técnica consistiera justamente en ese desvío? En
los otros también se encuentra parecida alteración, desplazamiento psíquico. En el ejemplo del
“becerro de oro”, el chiste se vale del doble sentido del que es susceptible una frase, para seguir un
sendero desviado; escoge “becerro” y responde como si el acento hubiera recaído sobre éste en el
dicho de Soluié “¡Oh! Esto ya n es un becerro”, etc.
El desvío es más nítido en el caso del baño. El texto “tomado un baño” posibilita aquí el
desplazamiento del acento. Desplazamiento del acento de “baño” a “tomar”.
La técnica descubierta propongo llamarla “desplazamiento”, pues lo esencial es el desvío de la
ilación de pensamiento, el desplazamiento a un tema diverso del comenzado.
El ejemplo de “salmón con mayonesa” nos muestra que la técnica es bastante independiente de la
expresión literal.
En el del baño, es inequívoca la dependencia respecto del texto, y el cambio de éste conlleva su
cancelación. La técnica es más compleja, doble sentido (2c) y desplazamiento.
En el del “becerro de oro”, su doble sentido posibilita el desvío, que en el caso del “salmón con
mayonesa” ocurre sin ese apuntalamiento. En la reducción es posible conservar el doble sentido,
más no el desplazamiento, como en el caso anterior.
¿Acaso no todo doble sentido da ocasión a un desplazamiento? Es cierto, pero nada tiene que ver
con nuestra distinción de las técnicas. En el chiste por desplazamiento, el chiste mismo contiene
una ilación de pensamiento así; este pertenece al trabajo que ha producido el chiste, no es
necesario para entenderlo (doble sentido) Sólo el primer trabajo es tema de nuestra indagación.
“Un mercader de caballos recomienda un corcel a uno de sus clientes: “si usted agarra este caballo
y lo monta a las 4 de la mañana, para las 6 y media está en Presburgo”. - ¿Y qué hago yo en
Presburgo a las 6 y media de la mañana?”
VII[editar]
Itzig ha tomado plaza en la astillería. Sin duda se trata de un mozo inteligencia, pero es indócil y
carece de interés por el servicio. Uno de sus jefes, que siente simpatía por él, lo lleva aparte y le
dice: “Itzig, no nos sirves”. Quiero darte un consejo: cómprate un cañón y e independízate”.
No haber nacido nunca será lo mejor para los mortales. “Pero entre 100.000 personas difícilmente
pueda sucederte a una”. En éstos, la técnica de los chistes consiste en la presentación de algo
tonto, disparatado, cuyo sentido es la ilustración, la figuración de alguna otra cosa tonta y
disparatada. Otros ejemplos nos enseñan que el contrasentido muy a menudo se usa en la técnica
del chiste sin el fin de servir para la figuración de otro sinsentido.
VIII[editar]
En los dos grupos anteriores el chiste se vale de desviaciones respecto del pensamiento normal –el
desplazamiento y su contrasentido–. Encontramos que otras falacias pueden hallar el mismo
empleo. Falacias sofistas en que se establecen vínculos inexistentes, el valor de la representación
fantaseada es elevado alusivamente respecto de lo objetivo… y los de la falacia automática
(prevalece el automatismo a la variación, con arreglo a fines, del pensar y expresarse)
IX[editar]
“Enero es el mes en que uno ofrece deseos a sus buenos amigos, y los otros meses, aquellos en
que no se cumplen”.
“La experiencia consiste en que uno experimenta o que no desea experimentar”.
“La vida humana se descompone en dos mitades; en la primera uno desea que llegue la segunda; y
en la segunda uno desea volver a la primera”.
Hay otro factor más notable y sustantivo que la acepción múltiple: falta aquí todo lo que roce el
doble sentido. Se producen unidades nuevas e inesperadas, vínculos recíprocos entre
representaciones, y definiciones mutuas o por referencia a un tercer término común. Llamaría a
este proceso unificación, análogo a la condensación por comprensión en las mismas palabras.
Esa unificación es lo que está en la base de los chistes llamados “de prontitud”. Éste consiste en
que la defensa responda a la agresión: en “dar vuelta al filo”, “pagar con la misma moneda”.
El panadero le dice al posadero a quien le supura un dedo: “¿Lo habrás metido, sin duda, en tu
cerveza?” – “No fue eso, sino que se me incrustó bajo la uña una miga de tus panecillos”.
La unificación dispone además de otro medio” la ilación con la conjunción “y”. Ella significa un nexo.
Acerca de la ciudad de Gotinga: “En general, los moradores de Gotinga se dividen en estudiantes,
profesores, filisteos y ganados” (Heine)
X[editar]
“¿Puede usted conjurar espíritus?” La repuesta fue “Como usted mande, Majestad; pero ellos no
vienen”. Se sustituye el no por su contrario. Esta figuración por lo contrario sirve al trabajo del chiste
en diversos empeños.
“Yo tomo un baño por año – dice uno – lo necesite o no”. Esta arrogante declaración de limpieza no
hace más que declararlo convicto de suciedad. Se acercan a los chistes de sobrepuja en que el sí
es reemplazado por el “no” que por su contenido tiene el valor de un sí, reforzado; lo mismo para el
caso inverso. La sola técnica no basta para caracterizar al chiste; no caracteriza a la ironía, otra
técnica que la figuración por el contrario. Mas se mantiene el hecho incontrastable de que
deshaciendo la técnica se elimina el chiste.
XI[editar]
Nace en nosotros la expectativa de que el chiste pueda utilizar su opuesto, la figuración por lo
semejante y emparentado. Nuevo grupo de chistes en el pensamiento (a diferencia de los de la
palabra) Figuración por lo que “se copertenece” o “forma una misma trama”.
En la anécdota norteamericana (¿Dónde está el salvador, el cuadro del Salvador?”) estamos frente
a una alusión exenta de doble sentido, y hallamos su carácter en la sustitución por algo que está
conectado en la trama de pensamientos. El nexo puede ser de más de un tipo. Por ejemplo, una
mera asonancia entre frases enteras, entre conexiones características de palabras, etc. Ej. “Baño
nuevo sana bien”. Recuerda al proverbio “escoba nueva barre bien”, es una alusión a él, y se dice
algo, indirectamente, que en el afecto de los baños coopera algo más que las aguas termales,
siempre idénticas.
El nexo puede consistir en la igualdad salvo una sola modificación leve. Esta técnica vuelve a ser
paralela a una técnica en la palabra. “Cada braza, una reina”, en vez de “cada pulgada, un rey”; la
alude y se refiere a una dama noble en extremo obesa.
Alusión con modificación leve, un cambio de letras, casi indistinguible a la condensación con
formación sustitutiva. Ej. “Mi compañero de descreencia, Spinoza” (Heine)
También la omisión es una forma de alusión comparable a la condensación sin formación
sustitutiva. Ej. “Se alaba tanto que lo sahumerios suben de precio” (Heine) En verdad, en toda
alusión hay algo omitido, el camino de pensamiento que desemboca en la alusión. Depende de qué
resulte más llamativo en el texto de la alusión, si la laguna o el sustitutivo que la llena. “Una esposa
es como un paraguas; uno acaba siempre por tomar un coche de alquiler”. Pero vuelve a
escapársenos la caracterización del chiste, chistosa es sólo la alusión chistosa. Figuración indirecta
es el nombre más comprensivo para las diversas variedades en la alusión, la figuración por lo
contrario y otras técnicas. Falacia, unificación y figuración indirecta son los puntos de vista bajo los
que se agrupan los chistes de pensamiento.
Otro tipo de figuración indirecta es aquella por algo pequeño o ínfimo, que expresa un carácter
íntegro mediante un detalle ínfimo. Se anuda a la tendencia al ahorro.
XII[editar]
Hay otra variedad de figuración indirecta, el símil. En muchos ejemplos el efecto chistoso deja
recondecirse a técnicas consabidas (unificación, contrasentido, acepción múltiple) Algunos otos
ejemplos parecen probar que una comparación puede ser en sí chistosa. Mas se nos pone escupir
por completo lo que presidirá carácter chistoso, ya que no adhiere al símil, como forma de
expresión de pensamiento ni a la operación de comparar. Incluimos al símil entre las variedades de
la “figuración indirecta”.
Los interesantes procesos de la condensación con formación sustitutiva, núcleo para el chiste en la
palabra, remiten a la formación del sueño, en cuyos mecanismos se han descubierto estos mismos
procesos psíquicos. Ahí mismo, somos remitidos también por los chistes en el pensamiento: el
desplazamiento, la falacia, el contrasentido, la figuración indirecta, la figuración por el contrario, que
en su conjunto reaparecen en la técnica del sueño. Al desplazamiento debe el sueño su apariencia
extraña, que nos estorba el discernimiento del mismo como prosecución del pensar de vigilia...
La concordancia no puede ser casual. Debe demostrarse en los detalles y pesquisar su
fundamento.
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