110
Hugo Klappenbach
INTRODUCCIÓN
La historia de la psicología argentina, tomada en su conjunto, ha sido exami-
nada en reiteradas oportunidades. En primer lugar, en algunos trabajos pioneros en
las primeras décadas del siglo
XX (Ingenieros, 1919b; Foradori, 1935; Piñero, 1903);
seguidamente, en aquellos trabajos producidos en las décadas de 1960, 1970 y 1980
(Ardila, 1979; Cortada, 1978, 1989; Gotthelf, 1969; Horas, 1961, 1981; Monasterio,
1965; Papini, 1985; Vezzetti, 1988). Mientras muchos de esos trabajos no han sido
ampliamente difundidos en la comunidad académica y profesional de la psicología,
mejor suerte han corrido aquellos publicados en los últimos quince años (Alonso, 1999;
Gentile, 2003; Klappenbach, 1995, 2004; Paolucci y Verdinelli, 1999; Rossi, 1997,
2001; Rovaletti, 1997; Vezzetti, 1996; Vilanova, 1993, 2003). Inclusive, tampoco han
faltado análisis que incluyeran el desarrollo de la psicología argentina en el marco de
la psicología latinoamericana (Alarcón, 1998; Ardila, 1986; Carpintero, 1993, 2005;
di Doménico y Vilanova, 1999; Foradori, 1954; Geuter y León, 1997; Klappenbach
y Pavesi, 1994; Quiñones, Pedraja y Vera, 1992; Vilanova, 1993, 2003; Vilanova y di
Doménico, 1999).
Desde ya, no resultaría sencillo encontrar rasgos comunes en tan variada biblio-
grafía, realizada desde presupuestos historiográfi cos diferentes, en función de objetivos
también diferentes y por actores situados en campos intelectuales, académicos o pro-
fesionales igualmente diferenciados.
Una cuestión que se destaca es la escasez de conceptualizaciones más o menos
generales o sintéticas, de la psicología argentina en su conjunto. Tales visiones generales
suelen ir acompañadas por periodizaciones que procuran, en buena manera, ordenar
racionalmente el conjunto de datos empíricos que constituye la materia del historiador
y constituyen un elemento característico en la historiografía de cualquier disciplina, y
aun la historia de las ideas o de las instituciones políticas.
En el caso de la historiografía de la psicología argentina, entonces, tales concep-
tualizaciones generales han sido muy limitadas (Foradori, 1935; Gotthelf, 1969; Papini,
1978; Vezzetti, 1996). Desde ya, podría afi rmarse con fundamento que tal limitación
panorámica es resultado del estado todavía incipiente de la investigación histórica.
En tal sentido, es oportuno remarcar que cualquier intento de periodización de
la psicología argentina parece ser, en primer lugar, una empresa prematura. Es decir,
no podría tratarse más que de un esquema provisorio, tentativo, pasible de ser rectifi -
cado en la medida en que las investigaciones parciales de carácter más empírico vayan
aportando nuevos conocimientos.
De todas maneras, diferentes razones inducen a avanzar en un intento de perio-
dización. En primer lugar, porque entre aquellos que nos ocupamos de la historia de
la psicología en el país, en nuestros trabajos específi cos, introducimos periodizaciones