
Departamento de Fisiología, Facultad de Medicina, UNAM
Curva de presión aórtica con relación al ciclo cardíaco de Wiggers:
Al contraerse el ventrículo izquierdo, la presión ventricular aumenta
drásticamente hasta que se abre la válvula aórtica. Después de abrirse la presión
del ventrículo aumenta muy poco, debido a que la sangre sale eyectada del
ventrículo hacia la aorta y de ésta al organismo.
La entrada de sangre en las arterias durante la sístole hace que las paredes se
distiendan y que la presión aumente cerca de 120 mmHg.
Aparece una incisura en la curva de presión aórtica cuando se cierra la válvula
aórtica. Se produce por un corto periodo de flujo retrógrado de sangre
inmediatamente antes del cierre de la válvula, seguida por la interrupción
repentina del flujo retrógrado. Luego de haberse cerrado la válvula aórtica, la
presión en el interior de la aorta disminuye lentamente durante toda la sístole,
porque la sangre que está almacenada en las arterias fluye a través de los vasos
periféricos de nuevo hacia las venos. Antes de que se vuelva a contraer el
ventrículo, la presión aórtica suele disminuir hasta 80 mmHg (presión diastólica),
que es 2/3 de la presión máxima de 120 mmHg (presión sistólica) que se produce
en la aorta durante la contracción ventricular.
Nota: las curvas de presión del ventrículo derecho y de la arteria pulmonar son
similares a las de la aorta, excepto que las presiones tienen una magnitud mucho
menor de aproximadamente 1/6.
FUNCIÓN DE LAS AURÍCULAS COMO BOMBAS DE CEBADO PARA LOS
VENTRÍCULOS:
La sangre fluye desde las venas cavas hacia las aurículas, aproximadamente el
80% de la sangre fluye directamente a través de ellas hacia los ventrículos incluso
antes de que se contraigan las aurículas. Después, la contracción auricular
habitualmente produce un llenado de un 20% adicional a los ventrículos. Es por
esto, que las aurículas actúan como bomba de cebado que aumentan la eficacia
del bombeo ventricular hasta un 20%.
Sin embargo, el corazón puede funcionar sin este 20% debido a que normalmente
tiene la capacidad de bombear del 300% al 400% más de sangre de la que necesita
en reposo. Así qué, si dejasen las aurículas de funcionar, no se observaría ninguna
repercusión importante, sino hasta que hubiera un notorio esfuerzo que
necesitará más sangre. El síntoma principal sería especialmente disnea.