que los suburbios de Bombay sean inhabitables, que envíe nuevas y enormes oleadas de
refugiados a través del Mediterráneo, y que conduzca a una crisis mundial de la atención
sanitaria.
La realidad está compuesta de muchas hebras, y este libro intenta abarcar distintos
aspectos de nuestro dilema global, sin pretender ser exhaustivo. A diferencia de Sapiens
y Homo Deus, esta obra no está pensada como una narrativa histórica, sino como una
selección de lecciones. Dichas lecciones no concluyen con respuestas simples. Su
objetivo es fomentar más reflexión y ayudar a los lectores a participar en algunos de los
principales debates de nuestra época.
En realidad, estas páginas se escribieron en conversación con el público. Muchos de
los capítulos se compusieron en respuesta a preguntas que me formularon lectores,
periodistas y colegas. Versiones previas de algunas partes se publicaron ya en formas
diferentes, lo que me dio la oportunidad de recibir comentarios y pulir mis argumentos.
Algunas secciones se centran en la tecnología, otras en la política, otras en la religión y
otras en el arte. Determinados capítulos celebran la sabiduría humana, otros destacan el
papel central de la estupidez humana. Pero la cuestión general sigue siendo la misma:
¿qué está ocurriendo hoy en el mundo y cuál es el significado profundo de los
acontecimientos?
¿Qué implica el ascenso de Donald Trump? ¿Qué podemos hacer con la epidemia de
noticias falsas? ¿Por qué está en crisis la democracia liberal? ¿Ha vuelto Dios? ¿Se
aproxima una nueva guerra mundial? ¿Qué civilización domina el mundo: Occidente,
China, el islam? ¿Tendría Europa que abrir sus puertas a los inmigrantes? ¿Puede el
nacionalismo resolver los problemas de la desigualdad y del cambio climático? ¿Qué
debemos hacer con respecto al terrorismo?
Aunque este libro adopta una perspectiva global, en él no descuido el plano personal.
Por el contrario, quiero destacar las conexiones existentes entre las grandes revoluciones
de nuestra era y la vida interior de los individuos. Por ejemplo, el terrorismo es a la vez
un problema político global y un mecanismo psicológico interno. El terrorismo opera
pulsando a fondo el botón del miedo en nuestra mente y secuestrando la imaginación
individual de millones de personas. De forma similar, la crisis de la democracia liberal se
desarrolla no solo en los parlamentos y los colegios electorales, sino también en las
neuronas y las sinapsis. Es un tópico señalar que lo personal es lo político. Pero en una
era en la que científicos, compañías y gobiernos aprenden a acceder ilegalmente al
cerebro humano, este estereotipo resulta más siniestro que nunca. En consecuencia, el
libro ofrece observaciones acerca de la conducta de los individuos, así como de las
sociedades enteras.
Un mundo global ejerce una presión sin precedentes sobre nuestra conducta personal
y nuestros valores. Cada uno de nosotros está atrapado por numerosas telarañas que lo
abarcan todo, que por un lado restringen nuestros movimientos pero que al mismo
tiempo transmiten nuestras más minúsculas sacudidas a destinos muy alejados. Nuestra
rutina cotidiana influye en la vida de personas y animales que se hallan a medio mundo
de distancia, y algunos gestos personales pueden incendiar el mundo entero, como
ocurrió con la autoinmolación de Mohamed Bouazizi en Túnez, que desató la Primavera
Árabe, y con las mujeres que compartieron sus experiencias de acoso sexual y
desencadenaron el movimiento #MeToo.