
Está distribuido por clase social. El control de recursos de dominación no está distribuido
al azar, existe un gran diferenciador. Ese gran diferenciador es la clase social, más
precisamente, la articulación desigual (y contradictoria) de la sociedad en clases
sociales. Por clase social entiendo, posiciones en la estructura social determinadas por
comunes modalidades de ejercicio del trabajo y de creación y apropiación de su valor. La
determinación de esas modalidades no es sólo económica sino que, hay otras
dimensiones, entre ellas la que he definido como lo estatal o político en sentido propio.
¿En qué sentido las clases sociales son el gran diferenciador del acceso desigual a los
recursos de dominación? En primer lugar directamente: por si, la posición de clase
determina en gran medida esa desigualdad. Pero, además, de esa posición surgen
probabilidades diferenciales de lograr situaciones (prestigio social, educación, acceso a
información, entre otros), que a su vez permiten acceder al control de otros recursos de
dominación.
Volviendo al Estado, el que nos interesa aquí es el Estado capitalista. La modalidad de
apropiación del valor creado por el trabajo constituye a las clases fundamentales del
capitalismo, a través de, y mediante, la relación social establecida por dicha creación y
apropiación. Los mecanismos y consecuencias más ostensibles de esa relación son
económicos. La principal relación de dominación en una sociedad capitalista es la
relación de producción entre capitalista y trabajador asalariado, mediante la que se
genera y apropia el valor del trabajo. Esa apropiación no es simplemente una relación de
desigualdad. Es un acto de explotación. Esto sugiere que, aunque sus planos más
ostensibles sean económicos, la relación que nos ocupa también está impregnada de
control ideológico. Este, lo mismo que lo económico, co-constituye esa relación, no como
algo que viene desde fuera a reforzarla eventualmente, sino como un componente
que ya está ahí, originariamente, contribuyendo a concretar su vigencia.
A esta relación contractual también subyace la garantía implicada por la posibilidad de
invocar al Estado, en caso de “incumplimiento”. Esta garantía que presta el Estado a
ciertas relaciones sociales, incluso las relaciones de producción, no es una garantía
externa ni a posteriori de dicha relación. Es parte intrínseca y constitutiva de la misma,
tanto como otros elementos económicos, de información y control ideológico ¿Qué
quiere decir a su vez esto? Que las dimensiones del Estado, o de lo propiamente
político, no son -como tampoco lo es "lo económico"- ni una cosa, ni una institución, ni
una estructural: son aspectos de una relación social.
Aspectos y sujetos sociales concretos:
El capitalismo es el primer caso histórico de separación de la coerción económica y la
extraeconómica: no sólo que el trabajador está desposeído de los medios de
producción; también el capitalista está desposeído de los medios de coacción (de
obligación). La separación del capitalista del control directo de esos medios entrañaría la
emergencia de un tercer sujeto social, cuya especificidad es el ejercicio de la supremacía
de la coacción. Ese tercer sujeto social son las instituciones estatales. Ellas suelen
poner en acto esa garantía a las relaciones de dominación cuando lo que es